Paisaje y territorio celtibérico en el Alto Duero

  1. Liceras Garrido, Raquel
Dirigida por:
  1. Enrique Cerrillo Cuenca Director
  2. Alfredo Jimeno Martínez Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 29 de mayo de 2017

Tribunal:
  1. Gonzalo Ruiz Zapatero Presidente
  2. Jesús R. Álvarez Sanchís Secretario
  3. Lourdes Prados Torreira Vocal
  4. Jesús Alberto Arenas Esteban Vocal
  5. Manuel Alberto Fernández Götz Vocal
Departamento:
  1. Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología

Tipo: Tesis

Teseo: 142482 DIALNET

Resumen

Esta tesis es una aproximación holística desde una arqueología con vocación simétrica a las sociedades de la cuenca alta del río Duero, desde el inicio de la Edad del Hierro hasta la imposición del modelo social romano, donde los paisajes y los territorios son la excusa y punto de partida para entender a las personas. Se plantea una mirada integradora e integral de las evidencias con las que contamos desde el presente, aunando en una misma narrativa datos de diversa procedencia, desde la morfología del terreno y el análisis espacial con las Tecnologías de la Información Geográfica, a la documentación de las excavaciones y prospecciones de la región, los estudios tipológicos de materiales, hasta los textos clásicos. Todo ello, se complementa con ejemplos antropológicos, etnoarqueológicos, etnológicos e históricos, que sin tratar de caer en la analogía, nos permitan ilustrar algunos procesos y mecanismos sociales.Se pone el acento en las identidades y el poder como los mejores medios para explorar las relaciones entre las personas y las cosas, asumiendo que las relaciones son dinámicas, fluidas y multidireccionales, ya que las personas fabrican las cosas a partir de unas determinadas agendas, y al mismo tiempo, las cosas construyen a las personas. Asimismo, consideramos toda la cultura como material, desde un paisaje a una casa, desde una muralla a una historia, materializada cuando se narra. Estas reflexiones han contribuido a que este estudio transite por diversas escalas, desde lo general de los paisajes a lo concreto de los artefactos, ya que cada una de estas evidencias fue parte de un todo en las vidas de las personas del primer milenio a.n.e. Poner el foco en las identidades ha permitido profundizar en las diferentes formas y estrategias por las que se construyeron los individuos a partir de sus características biológicas de sexo y edad, y cómo modelaron sus diferentes formas asociadas a la generación, al género, la posición social, la clase, la familia y el linaje, o la etnicidad, entendiendo que todas las facetas de las identidades intersectan en los sujetos, activándose y enfatizándose dependiendo de las necesidades y los contextos de negociación social de los individuos e influyendo en las relaciones de poder.En relación con el poder, se aprecia un énfasis en la colectividad en algunas formas de cultura material como los asentamientos y las casas, por lo que profundizaremos en la pugna y tensiones por el poder que se esconden bajo la apariencia de isonomía. Las identidades del individuo y las colectivas repercuten en la organización social, donde la legitimidad, el pretexto del beneficio común, la violencia, la apariencia o la generosidad fueron eficaces instrumentos, manipulados por ciertos individuos para obtener parcelas de control y autoridad, constantemente negociados en los espacios censurados por la comunidad. Una comunidad en la que todos y cada uno de los miembros eran imprescindibles. Así hemos podido ahondar en los procesos que tuvieron lugar a lo largo de la Edad del Hierro en sus diferentes periodos. En la primera Edad del Hierro, exploramos el cambio de mentalidad asociado a los asentamientos sedentarios, en los que la población reside durante generaciones y en los que se aprecian procesos de petrificación de las estructuras y una voluntad de perdurar en el tiempo. También asistimos al surgimiento de la ideología del guerrero, entretejida con el inicio de la práctica de la cremación y la fundación de las necrópolis que perdurarán durante casi mil años. En la segunda Edad del Hierro, profundizaremos en el proceso del urbanismo y la reestructuración de la tierra y los territorios, así como la organización social, política e identitaria de las comunidades hasta la conquista de Roma. Finalmente, nos adentraremos brevemente en lo que supuso para estas gentes la imposición del modelo social estatal y la renegociación de los símbolos y los significados entre los nuevos y los viejos conceptos.