El valle del Iriringuá. Pervivencía de la tensión hispano lusa en el extremo sur de la línea Tondesilla

  1. PEREIRA JÚNIOR, JOSÉ
Dirigida por:
  1. Mariano Cuesta Domingo Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 25 de junio de 2004

Tribunal:
  1. Leoncio Cabrero Fernández Presidente
  2. Marta Milagros del Vas Mingo Secretaria
  3. Antonio Francisco García-Abásolo González Vocal
  4. Paulino Castañeda Delgado Vocal
  5. Jesús Ignacio Fernández Domingo Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 102075 DIALNET

Resumen

La estratégica situación geográfica del territorio donde se desarrollaría Araranguá, con su litoral de mar abierto y la limitación de las cadenas de montañas de la sierra sirvió, desde sus comienzos, como gran referencia a los viajeros que seguían en dirección hacia la Comunidad Autónoma de Río Grande do Sul o con destino hacia el norte, para la Comunidad Autónoma de Sao Paulo. Durante décadas la región, de densos bosques, estuvo adonnecida, distante, sin llamarla atención de los exploradores, pudiendo el indio vivir libre y sin miedo en suinmenso territorio. Pero a mediados del siglo XVI de estas tierras fueron hechos mapas y configurados en cartas geográficas, aunque no pasen de un simple y desconocido corredor, por la orilla del mar, usado como camino de las diligencias lideradas por emisarios de la corte y de la comunidad autónoma, misioneros, militares y otros viajeros. El escenario de paisajes contemplado desde las cumbres del Morro dos Conventos y la inconfundible desembocadura del río que venía de la selva más adentro, ofrecía a los navegantes y jinetes una atractiva visión panorámica, que se unía principalmente a la privilegiada posición con relación a los centros más desarrollados, para llamar la atención de los que buscaban identificar las tierras y hacer mapas de los caminos a ser abiertos, para ocupar el sur del extenso territorio sudamericano. Surgía inevitablemente, la promesa de la única entrada hacia el interior de la desconocida región, con el objetivo de llegar con más eficiencia a los campos de la parte alta de la sierra y facilitar el camino a Curitiba. La costa de Santa Catarina era primitivamente habitada por los indios Carijós. Relativamente mansos, mantenían desde los primeros días del descubrimiento relaciones comerciales con los navegantes y con los portugueses, siendo consecuentemente de evangelización fácil.