Procesos de innovación militar en el empleo de la fuerza de operaciones especiales de Estados Unidos desde 2001 hasta 2015

Resumen

Los avances de la era digital están configurando un mundo mucho más rico en oportunidades que nunca antes en la historia, pero al mismo tiempo más peligroso. Hoy en día, se ha logrado conectar a las personas y atribuirles más poder. Lo mismo sucede con entidades privadas y actores no estatales. La aceleración del cambio agrava la complejidad de los desafíos, las discontinuidades y las tensiones. En este panorama global de incertidumbre, las organizaciones militares afrontan continuas metamorfosis para ser eficaces en el cumplimiento de su misión. La innovación es la herramienta crítica para llevar a cabo con éxito esa labor de transformación. Hablar hoy en día de innovación representa un reto. Se habla tanto que se ha convertido en un cliché de moda, vacio de un significado claro. Este trabajo aborda un caso concreto lleno de contenido: la innovación militar. El propósito es mostrar cómo innovan las organizaciones militares, por qué se producen cambios en el empleo de la fuerza, y cuáles son los factores que influyen en la innovación militar. La investigación explica cómo se produce una innovación militar en el empleo de la fuerza analizando la influencia seis factores de cambio como son: el entorno estratégico, el impulso político, la rivalidad interna y externa en los ejércitos, el cambio cultural, los líderes militares del cambio y los avances tecnológicos al servicio del empleo de la fuerza. Para ello, se utiliza de hilo conductor el análisis de los procesos de cambio experimentados por las fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos, al asignarles un papel protagonista en misiones de carácter antiterrorista y de contrainsurgencia tras los atentados del 11S. Se trata de procesos de cambio de gran calado, estrechamente vinculados a las variaciones del entorno de seguridad de comienzo del siglo XXI y que están sirviendo de modelo a las fuerzas armadas de otros países. La experiencia demuestra que los ejércitos son organizaciones vivas que evolucionan y, en ocasiones, llegan a transformarse de un modo revolucionario. La investigación del cómo y el por qué, ha dado lugar a una especialidad de estudios académicos sobre innovación militar como parte del área común de los estudios de Seguridad. Estudios que constituyen una disciplina de la Ciencia Política. El punto de encuentro entre ambas disciplinas lo hallamos en el propio objeto de estudio la Seguridad y el de la naturaleza política. Las investigaciones de Seguridad desempeñan un papel de liderazgo con gran ascendiente en el conjunto de la Ciencia Política norteamericana. Un sector al que los centros de pensamiento americanos dedican grandes recursos y ejercen una significativa influencia a nivel estatal, al entenderse la Seguridad como materia de máxima prioridad dentro de acción exterior del Estado. La relación existente entre Seguridad y Ciencia Política, se entiende también vinculada a los estudios de Relaciones Internacionales y los Estratégicos. El reflejo de la innovación militar en los estudios y análisis sobre Seguridad en lengua española es muy reducido. La importancia de los trabajos sobre innovación militar va más allá del interés académico. Los objetivos políticos a alcanzar mediante las operaciones militares, y la protección de quienes toman parte en ellas, están supeditados a la capacidad operativa de los ejércitos. Dicha capacidad se cimienta en el ajuste de su doctrina, orgánica, adiestramiento y materiales, a las características del entorno estratégico, operacional y táctico. Doctrina que, según Posen (1984: 18-20), se concibe como «una disciplina que describe los principios militares, conceptos operativos, procedimientos tácticos de combate para alcanzar los objetivos estratégicos de una nación». Los ejércitos son organizaciones activas que responden a los estímulos procedentes del entorno. Tanto la naturaleza de la amenaza, como los condicionantes de carácter social, político y económico desatados a partir del 11S contribuyeron a potenciar el protagonismo de las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. Un tipo de fuerzas que tradicionalmente habían ocupado un rol secundario y en apoyo del grueso de las fuerzas convencionales, pero que en una sola década, gracias a la confianza y respaldo político para llevar a cabo misiones de gran transcendencia, observaron un incremento exponencial de recursos humanos, materiales y refrendo de su empleo en un extenso cuerpo legislativo y doctrinal. La continuidad de los factores que impulsaron ese proceso de innovación militar apunta a la pervivencia y profundización de este proceso de cambio.