Un papel para la monarquía en la Unión Europea

  1. Orantos Martín, Rodolfo
Dirigida por:
  1. María Teresa Cabezas Hernández Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Extremadura

Fecha de defensa: 11 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. Antonio Ramírez de Arellano Agudo Presidente/a
  2. Mercedes Sabido Rodríguez Secretario/a
  3. José María Álvarez de Eulate Peñaranda Vocal
  4. Francisco Javier López de Goicoechea Zabala Vocal
  5. Andres Garcia Gomez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 397089 DIALNET

Resumen

Estudiamos y proponemos soluciones sobre un problema: la falta de presencia institucional de la monarquía en el ámbito de la Unión Europea. Muchos países europeos cuentan con monarca reinante y en el resto de los que componen la Unión Europea encontramos familias depositarias de ese derecho, familias que son sujeto de Derecho Internacional Público desde el Congreso de Viena de 1815. El 6 de agosto de 1806 desapareció el Imperio. Imperio integrador y multinacional europeo que da paso a naciones con altas dosis de arrogancia. Ello provoca un crecimiento de las energías enfrentadas. Su fuerza desata las catástrofes de 1914 y de 1939. Es necesario no cometer los mismos errores, la Corona puede servir para ello, pero antes de las soluciones es necesaria la regulación legal de la actividad económica de las Reales Familias. Para ello hemos investigado: Primero la Real Familia de España y después el resto. Sin esta precisión es imposible establecer las limitaciones inherentes a una dignidad y responsabilidad de ámbito europeo. En la investigación hemos recogido todos los antecedentes, evidenciado los problemas y llegado a conclusiones parciales y luego a las finales de las que se deduce la necesidad de una regulación completa y moderna que solucione el problema principal y los secundarios detectados. Para ello, presentamos como hipótesis práctica, textos completos: una Ley Orgánica y un Reglamento Legislativo. No es imposible desde el punto de vista legal ni lo uno ni lo otro. Respecto a la oportunidad social, en tiempos de la Reina Victoria I parecía inmediata la llegada de la III República Británica, y eso no ha pasado, más bien todo lo contrario.