Estado de hidratación y su relación con el estilo de vida y dieta en un colectivo de escolares españoles de 7 a 12 años

  1. Perales Garcia, Aranzazu
Dirigida por:
  1. Rosa María Ortega Anta Directora
  2. Rafael Urrialde de Andrés Director
  3. Ana María López Sobaler Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 10 de mayo de 2019

Tribunal:
  1. Pedro Andrés Carvajales Presidente
  2. Laura Mª Bermejo López Secretaria
  3. Javier Aranceta Bartrina Vocal
  4. Teresa Partearroyo Cediel Vocal
  5. Gregorio Varela Moreiras Vocal
Departamento:
  1. Nutrición y Ciencia de los Alimentos

Tipo: Tesis

Resumen

La hidratación es un pilar clave en la epidemiología nutricional y se ha comenzado a introducir como parte fundamental en las políticas de salud pública. En este sentido, no existen grandes estudios que evalúen el estado de hidratación en población infantil en ambiente mediterráneo y en poblaciones con estilos de vida diferentes. El objetivo principal fue evaluar el estado de hidratación en un grupo de escolares españoles de 7 a 12 años. Los objetivos secundarios fueron: determinar la influencia del sexo en el estado de hidratación, estimar la relación entre el estado de hidratación y la ingesta dietética de agua, analizar las diferencias en función del estado de hidratación en la ingesta dietética de agua, su distribución a lo largo del día y el consumo de bebidas, entre otras, y estimar la relación entre el estado de hidratación de los escolares y su estilo de vida (actividad física y comportamientos sedentarios). Se diseñó un estudio transversal observacional seleccionando escolares de 7 a 12 años. De los 1.346 escolares que tuvieron la oportunidad de participar en el estudio se obtuvo una muestra total de 262 escolares. Los principales datos que se recogieron fueron: datos socio-sanitarios y económicos de la unidad familiar, datos antropométricos y de bioimpedancia, datos bioquímicos urinarios en orina de 24 horas, datos dietéticos (mediante un registro de consumo de alimentos y bebidas de 3 días, uno de ellos festivo), e información del estilo de vida (frecuencia de diferentes actividades físicas y comportamientos sedentarios). De forma general los escolares se encontraron sanos según sus datos autodeclarados. El perfil calórico de la dieta fue desequilibrado, con un bajo porcentaje de hidratos de carbono y un porcentaje de lípidos por encima de los objetivos nutricionales. Los datos de osmolalidad urinaria mostraron que el 50,4 por ciento de la muestra estaba inadecuadamente hidratada. Los niños presentaron un peor estado de hidratación que las niñas, y valores mayores en todos los parámetros bioquímicos estudiados (creatinina, urea, sodio y potasio). La ingesta dietética de agua se comparó con las ingestas adecuadas establecidas por la EFSA observándose que el 79,8 por ciento de los escolares se encontraba por debajo de estas recomendaciones. El estudio de la dieta y hábitos alimentarios mostró que la osmolalidad urinaria correlacionó significativa y positivamente con la ingesta de cereales y precocinados y negativamente con la de legumbres. También correlacionó de forma significativa y positiva con la ingesta de vitamina B1 y hierro y negativamente con la ingesta de potasio y magnesio. Se encontró una correlación negativa significativa entre la osmolalidad urinaria y el Índice de Alimentación Saludable. Por último, la evaluación del estado de hidratación en función del estilo de vida mostró que aquellos escolares que cumplieron las recomendaciones de actividad física presentaron una mayor osmolalidad urinaria. Cuando se evaluaron la actividad física y los comportamientos sedentarios de forma simultánea, en el grupo de escolares ¿Inactivos Sedentarios¿ se encontró el mayor porcentaje de hidratación adecuada (55,4 por ciento). En conclusión, la mitad de la población estudiada se encontró hidratada inadecuadamente y el 70 por ciento no alcanzó las ingestas adecuadas para su edad y sexo. Los escolares que cumplieron con las recomendaciones de la OMS de actividad física están peor hidratados. Esto hace pensar en la importancia de realizar más estudios que evalúen la interacción de diferentes aspectos del estilo de vida con la hidratación y la creación de políticas de salud pública para promover una hidratación saludable en este colectivo especialmente vulnerable.