Conrado del Campo y la definición de una nueva identidad lírica españolaEl final de don Álvaro (1910-1911) y La tragedia del beso (1911-1915)

  1. Ferreiro Carballo, David
Dirigida por:
  1. Patrick McCreless Director/a
  2. Elena Torres Clemente Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 20 de diciembre de 2019

Tribunal:
  1. Emilio Francisco Casares Rodicio Presidente
  2. Víctor Sánchez Sánchez Secretario
  3. Yvan Nommick Vocal
  4. Paloma Ortiz de Urbina Sobrino Vocal
  5. Carlos Villar Taboada Vocal
Departamento:
  1. Musicología

Tipo: Tesis

Resumen

El compositor madrileño Conrado del Campo (1878-1953) está considerado a día de hoy una de las personalidades más importantes e influyentes en el panorama musical español de la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, la mayor parte de su catálogo permanece injustamente olvidada, tanto por estudiosos como por intérpretes. Entre las razones de esta desatención destacamos una: Del Campo no se adscribe en el plano estético a la línea nacionalista trazada por Pedrell-Falla-Salazar, sino a una corriente que bebe de la cultura musical germana que, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, fue situada en un segundo plano, a lo que también contribuyó la historiografía española posterior. En la presente tesis doctoral nos centramos en sus dos primeras óperas: El final de don Álvaro (1910-1911) y La tragedia del beso (1911-1915), dos dramas líricos escritos y estrenados justo antes de que la animadversión hacia la cultura alemana generada por la Gran Guerra provocara el sesgo estético aludido. Estas dos obras, definidas por una fuerte influencia wagneriana, son representativas de una identidad musical nacionalista que aún no se ha estudiado en profundidad y que se inserta dentro de un debate mucho más amplio y complejo: la ópera nacional española. Así, el objetivo principal que aquí planteamos es determinar los rasgos identitarios de la producción lírica temprana de Conrado del Campo a través del análisis de sus dos primeras óperas, de manera que podamos discernir el papel que tuvo nuestro protagonista en el debate nacionalista. Para ello hemos elaborado una metodología de análisis que supera la mera descripción musical y logra un equilibrio entre historia cultural y teoría de la música. Así, a través de enfoques de carácter semiótico adaptados convenientemente a cuestiones identitarias ¿la tripartición de Jean Molino y Jean J. Nattiez, y la teoría de los tópicos musicales, entre otras propuestas¿ estudiamos las óperas en función del contexto en el que fueron creadas y estrenadas. Además, para abordar el nivel neutro del análisis musical hemos aplicado las siguientes herramientas técnicas: para estudiar la forma musical y dramática, la teoría del período poético-musical, que fue apuntada por Richard Wagner en su ensayo Ópera y drama (1851) y, años más tarde, sistematizada por Alfred Lorenz y Warren Darcy; y para el análisis de la armonía y de la estructura tonal, los estudios teóricos más recientes desarrollados por Robert Bailey y Richard Cohn, entre otros autores. La tesis se compone de tres grandes partes: en la primera nos centramos en el contexto histórico con tres capítulos dedicados a la ópera nacional, el wagnerismo y la biografía intelectual de Conrado del Campo hasta el año 1915; mientras que en la segunda y tercera abordamos, respectivamente, El final de don Álvaro y La tragedia del beso, en ambos casos mediante tres capítulos sobre la creación, el análisis y la recepción. Los resultados obtenidos nos llevan a concluir que Del Campo propone un modelo de ópera española en el que combina un lenguaje internacional complejo y bien asimilado, el wagnerismo; con otro más local, el canto popular del país, el cual es abordado de forma global y atendiendo siempre a la diversidad regionalista de todo el territorio. Así, demostramos que, al menos en su etapa temprana, Conrado del Campo no fue un músico tan retardatario como se nos ha hecho creer, sino que estaba vinculado con la otra modernidad que se desprende de aquellas prácticas post-wagnerianas desarrolladas en Europa en la primera quincena del siglo XX. Con todo, después de la guerra, Del Campo optó por superar el wagnerismo y por seguir otros caminos estéticos que lo desvincularon de la modernidad, sin que ello significase un descenso en la calidad de su música.