Los servicios de Prensa extranjera en el primer franquismo (1936-1945)

  1. Moreno Cantano, Antonio César
Dirigida por:
  1. Feliciano Montero García Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 22 de mayo de 2008

Tribunal:
  1. Juan Avilés Farré Presidente/a
  2. José Francisco Forniés Casals Secretario/a
  3. Eduardo González Calleja Vocal
  4. Alejandro Pizarroso Quintero Vocal
  5. Rosa María Pardo Sanz Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Uno de los objetivos fundamentales de la "propaganda de guerra" es llevar a los individuos a adoptar una idea o a efectuar tal acto que están en libertad de cumplir o no, de hacer o no hacer, y que generalmente sin la propaganda no lo adoptarían. Se propone "captar" a los sujetos a una causa cuya aceptación no se impone a su evidencia. Si esta "evidencia" se ve respaldada por la inestimable colaboración del terror y la represión, es deducible que su aceptación por el individuo no constituya ningún problema, pues de lo contrario estaría en juego su propia existencia. Este esquema es válido para la propaganda interna, pues el Estado dispone en estos casos de los medios necesarios para el control y la supervisión de la población que se acoge bajo sus fronteras. El problema deviene cuando hay que "inducir" a otras naciones a tomar partido de forma voluntaria, sin la ayuda de un poder coercitivo, por unos ideales que le son ajenos y en muchos casos rechazables. El bando franquista, si bien en un principio no consideró la defensa de sus tesis en el exterior como una necesidad apremiante, al prolongarse la guerra cayó en la cuenta que a la acción de las armas había que añadirle el efecto persuasivo y legitimador de la maquinaria propagandística. De esta manera, durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista -al amparo de las representaciones diplomáticas estatales- creó numerosas Delegaciones y Oficinas de Prensa y Propaganda en el exterior, que buscaban influir política y culturalmente en aquellos países donde estaban ubicadas. Además, se pretendía combatir toda propaganda que el gobierno republicano impulsaba por Europa y América. Tras la finalización de la Guerra Civil, a las tareas de legitimación e información le siguió como prioridad una intensa campaña de prestigio de España en el extranjero. Para alcanzar tal meta se utilizarían las Delegaciones de Prensa y Propaganda junto a las Embajadas, Consulados y Legaciones, que a través de la celebración de actos públicos, edición de diarios y revistas, publicación de escritos en medios informativos internacionales, etc., deberían contribuir a mostrar ante el mundo las cualidades y valores que regían a la Nueva España. Además, durante el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, la Península Ibérica se convirtió en un escenario de primer orden en el que las potencias beligerantes (Aliados y países del Eje) desarrollaron una intensa guerra de propagandas. Todos estos temas son analizados en la presente investigación.