Poesía y música en la obra de Langston Hughes y Nicolás Guillén

  1. MARQUES CALDERÓN, EVA
Dirigida por:
  1. José Antonio Gurpegui Palacios Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 27 de mayo de 2003

Tribunal:
  1. Juan Fernando Galván Reula Presidente/a
  2. María Luisa Juárez Hervás Secretario/a
  3. Leopoldo Mateo Alvaro Vocal
  4. Antonio Fernández Ferrer Vocal
  5. Manuel Villar Raso Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 98778 DIALNET

Resumen

El estadounidense Langston Hughes y el cubano Nicolás Guillén son poetas cuyas obras se encuentran profundamente arraigadas en la recuperación cultural africana a través de la reformulación de paradigmas musicales. En el caso de Guillén y Hughes, el origen de la exploración de estas tradiciones supone una reparación histórica. La comparación de sus libros demuestra cómo la diáspora de los descendientes de africanos floreció culturalmente a lo largo de más de cuatro siglos en Norteamérica y el Caribe. Ambos poetas de principios de siglo XX -un período de grandes cambios sociales y estéticos, marcados por las rupturas de movimientos como el Modernism y las Vanguardias- establecieron correspondencia y conocieron la obra del otro, fundiendo los legados orales y escritos en su poesía, combinando el folklore contemporáneo y ancestral, y las tradiciones literarias y musicales -como el jazz, el blues o el son. Su trabajo es a la vez moderno y tradicional, buscando forjar obras fundacionales a través de la legitimación de las nuevas estéticas -intención cuyo inicio podría remontarse al influjo del Romanticismo y sus versiones americanas, el Trascendentalismo y el Modernismo Hispanoamericano respectivamente-, tomando parte en un proceso de reformulación y aclimatación a fines propios, típico de las literaturas periféricas. La función de la música y el uso de este elemento en la poesía de Guillén y Hughes demuestra cómo el remarcar la voz y el ritmo permite a estos poetas simultáneamente adoptar y rechazar ciertos aspectos de la modernidad literaria. En el transcurso de esta tesis he comparado la forma consciente de asumir e indagar en la tradición africana, expresada desde las asociaciones culturales e históricas, que van desde emplear los aportes y la inspiración de la antropología, el arte moderno y las experimentaciones de otros poetas, anteriores y contemporáneos, en la línea de la recuperación de lo popular a través de la música (que, como se sabe, fue un fenómeno internacional). Libros como The Weary Blues (1926) de Langston Hughes y Motivos de Son (1930) de Nicolás Guillén, logran constituirse en hitos para sus comunidades por su exitosa forma de retratar la vida cotidiana de los descendientes de africanos, haciendo visible lo invisible, y por lo tanto proponiendo una versión sobre la identidad nacional complementaria a la hegemónica. Para este proceso, he establecido una categorización de los mecanismos empleados en la limitación de las estructuras del blues y el son, asociadas en la oralidad y un contexto característico que permiten descubrir cómo la oralidad y la musicalidad son texturalizadas. Es decir, cómo estos modelos musicales son convertidos en poesía. Sólo por medio de dicho logro artístico es que estos poetas, asumiendo la libertad experimental de las Vanguardias pero ajustándola a la inteligibilidad de su función populista, consiguen instituir una poderosa imagen sobre sus comunidades, imagen inédita hasta entonces. En los casos de estos autores se ha observado que, a pesar de las diferencias culturales y literarias de dos lenguas, emplean en su poesía elementos diversos de una herencia africana compartida aunque no uniforme, enfatizado la musicalidad y la oralidad sobre una escritura más tradicional. La valoración por parte de estos poetas de una voz que confiere representatividad implica una evidencia adicional de su anhelo de criticar y a la vez ser parte de una definición de modernidad para sus respectivas comunidades. Aunque, es evidente que la pérdida de la fe en la capacidad de intermediación entre la literatura y la sociedad, a partir del ocaso de las Vanguardias históricas, hacia los años treinta, haya hecho que las obras de Hughes y Guillén perdiesen gravitación dentro de sus tradiciones. En los últimos años, sin embargo, se ha establecido una revalorización de ciertos de sus a portes, particularmente en los Estados Unidos, aunque sólo después de un proceso de normalización en el que escritores blancos como los Beatniks emplearan el paradigma musical del jazz como síntoma de rebeldía. De esta forma, las propias obras de Hughes y Guillén pueden ser vistas como paradójicas precursoras de la poesía performance, que tanto ha revitalizado el interés por este género al final del siglo XX. La complejidad de este proceso cuestiona la supuesta posición menor en el canon literario, y abre una posibilidad de entender mejor obras que desde un inicio se concibieron como algo más que mera literatura. Así, no sólo es cierto que Hughes y Guillén contribuyeron a crear una ciudadanía más compleja para los descendientes de africanos dentro de sus respectivos países, sino que sus poemas aún representan un camino poco transitado en la exploración de la escritura poética.