La situación de las mujeres periodistas en Sevilla durante el franquismo y la incipiente democracia (1939-1981)

  1. Carballar Durán, Olivia
Dirigida por:
  1. Angeles Fernández-Barrero Director/a
  2. Antonio Ramos Espejo Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 08 de octubre de 2015

Tribunal:
  1. María Jesús Casals Carro Presidenta
  2. Antonio López Hidalgo Secretario/a
  3. María José Ruiz Acosta Vocal
  4. Juan Francisco Gutiérrez Lozano Vocal
  5. Juan Antonio García Galindo Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 387376 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

Llegar a la redacción de un periódico y encontrar a mujeres, o ir a una rueda de prensa y escuchar a las mujeres interpelando a los dirigentes políticos, o poner la radio y oír una entrevista al presidente del Gobierno realizada por una mujer¿ Son escenas cotidianas que ni asustan ni resultan extrañas en la actualidad. Que el periodismo hoy en día está lleno de mujeres, independientemente del déficit de cargos directivos que existe, como ocurre en otros ámbitos de la sociedad, es una realidad incuestionable. Pero, ¿cómo se ha llegado hasta ahí? ¿Cómo las mujeres han invadido las redacciones en una profesión dominada por los hombres? ¿Qué mujeres abrieron la veda y cómo trabajaron en esos primeros momentos? ¿Cómo dieron paso a las generaciones que hoy desarrollan su trabajo en los medios de comunicación? La mayoría de ellas aún hoy son anónimas y no han recibido un merecido homenaje ni dentro ni fuera de la profesión. Algunas, además, ni siquiera son conscientes de que su trabajo las convirtió en avanzadilla de las que vinieron después, en auténticas protagonistas de una historia todavía silenciada. Hemos buceado previamente en la historia del feminismo y de la mujer en la prensa en España y hemos partido de una andaluza, Carmen de Burgos, conocida como Colombine, considerada por los estudiosos como la pionera del periodismo en España y la primera mujer, por tanto, que asumió el oficio del periodismo, hasta ese momento ejercido por hombres, a principios del siglo XX. Aquella primera mujer se ganó el sobrenombre de la divorciadora por realizar una ronda de entrevistas sobre la disolución del matrimonio. Unos años más tarde, durante la II República, otra de las precursoras del periodismo en España, Josefina Carabias, tuvo que pedir el permiso de su padre para viajar a Marruecos a hacer su trabajo. Si aquel episodio ocurrió durante la II República, cuando la mujer pudo votar por primera vez en España, ¿cómo fue el trabajo de la mujer en los medios de comunicación durante el franquismo, que pisoteó la batería de derechos adquiridos y recluyó a las mujeres en sus casas al cuidado de sus padres y el marido? ¿Cómo vivió posteriormente la mujer periodista en la Transición tras 40 años de dictadura? Hasta la fecha, éste es el primer estudio específico y concreto que pone rostro y da voz a las mujeres que desarrollaron su labor profesional en los medios de comunicación en Sevilla durante el franquismo y la incipiente democracia; una ciudad especialmente castigada por la represión franquista bajo las órdenes del general Queipo de Llano y sus arengas en Radio Sevilla, con periódicos centenarios como ABC o El Correo de Andalucía. ¿Sabe la sociedad cuándo accedieron las primeras mujeres periodistas a la radio sevillana? ¿Cuándo firmaron las mujeres por primera vez en los periódicos sevillanos? ¿Cómo trabajaron? ¿Cuánto cobraban? ¿Qué temas cubrían? Para responder a todas estas cuestiones, esta tesis sigue un método hipotético-deductivo y un método específico de investigación interdisciplinar, de carácter cualitativo. La base son los testimonios directos de las mujeres que trabajaron durante la dictadura y los primeros años de la democracia en los medios sevillanos. En la mayoría de los casos, han sido ellas mismas las que nos han puesto en la pista de las demás a medida que las hemos ido entrevistando. No ha sido fácil dar con muchas de ellas, puesto que algunas ya están jubiladas, al margen del mundo periodístico e incluso viviendo fuera de Sevilla, y otras incluso han fallecido. El rastreo en las hemerotecas y las aportaciones de hombres que trabajaron en aquella misma época -estos sí más conocidos, como Iñaki Gabilondo, Nicolás Salas, Guillermo Medina, Paco Lobatón, etc.- han complementado nuestra búsqueda, que comenzó en 2008 y ha concluido con 30 entrevistas en profundidad distribuidas en tres etapas. Antes de la muerte de Franco: Marisa Carrillo, Conchichi Ribelles, María Esperanza Sánchez, María Jesús González, Mercedes Milá, María José Máñez, Pilar del Río, Teresa Garrido y Pilar Suriñach; inmediatamente después de la muerte de Franco: Margarita Jiménez, Gloria Gamito, Teresa Ortiz, Emilia Ors, Lola Cintado, Carmen Yanes, Charo Fernández-Cotta, Nani Carvajal, María Luisa Roldán, Alicia Bonachera, Rosa María Pinto y Meli Meléndez; y después de la aprobación de la Constitución de 1978: Mercedes de Pablos, Marta Carrasco, Inmaculada Navarrete, María José Sánchez-Apellániz, Teresa Cárdenas, Carmen Carballo, Carmen Otero, Lourdes Lucio e Isabel Pedrote. Estas entrevistas nos han permitido, por un lado, situar en el tiempo a las primeras mujeres, con nombres y apellidos, en los distintos medios de comunicación sevillanos; y, por otro, averiguar cómo accedieron al trabajo, si estudiaron o no Periodismo, si eran locutoras o periodistas ¿en el caso de la radio y, más tarde, en la televisión¿, en qué medida les influyó la vida familiar, los condicionantes sociales de la época o haber nacido en una comunidad, como Andalucía, donde la represión franquista fue especialmente sangrienta. Durante la dictadura, sólo encontramos una mujer, Nina Salvatierra -ya fallecida-, trabajando en una redacción como periodista en Sevilla. Llegó a la delegación andaluza de Pueblo a principios de los 60 y estuvo sola hasta que a finales de esa década llegaron dos periodistas a El Correo de Andalucía, María Jesús González y Concepción Cárceles, esta última ejerciendo funciones más propias de secretaria de redacción. No fue hasta 1976, un año después de la muerte del dictador Francisco Franco, cuando ABC fichó por primera vez a una mujer periodista en igualdad de condiciones que un hombre, Margarita Jiménez. En la radio, las primeras mujeres licenciadas en periodismo accedieron a partir de 1977 y 1978, con la Constitución ya aprobada. Antes, entre finales de los 60 y principios de los 70 encontramos a María Esperanza Sánchez, que comenzó como locutora, y, posteriormente, Pilar del Río, que llegó ya ejerciendo como periodista. Ninguna era licenciada. El lastre de una comunidad marcada por el subdesarrollo y la brutal represión franquista retrasaron el acceso al mercado laboral de las mujeres en general y, por tanto, de las mujeres periodistas. A medida que la dictadura se desmoronaba en beneficio de la democracia, las locutoras fueron dando paso a las periodistas tanto en la radio como en la prensa escrita y, posteriormente, en la televisión, e incluso muchas de esas mismas locutoras se reciclaron y se convirtieron también en profesionales del periodismo. En ese logro -además de la creación de la primera Facultad de Periodismo en Madrid, en 1971, que convirtió en universitarios estudios que hasta entonces se impartían en las Escuelas de Periodismo controladas por Franco- fue determinante la puesta en marcha de los estudios de Periodismo en Sevilla en el Centro Español de Nuevas Profesiones, en 1973, una escuela privada que funcionaba como una delegación de la Facultad de Madrid en Sevilla y que permitió a muchas mujeres, para las que era impensable cambiar de ciudad y que hasta entonces sólo optaban por carreras como Magisterio o Filosofía y Letras, iniciarse en una profesión considerada incluso por sus padres como ¿poco decente¿. Las primeras elecciones democráticas y el proceso de la preautonomía en Andalucía, acompañado de una identidad andaluza que se refleja en los medios y que concluye con la aprobación del Estatuto en 1981, abrieron un campo en el que inevitablemente las mujeres iban a entrar. Algunas de ellas incluso fueron jefas en la Transición y la incipiente democracia, coincidiendo con la puesta en marcha de los primeros gabinetes de comunicación en las nuevas instituciones. Sin embargo, tanto en dictadura como en la Transición, fueron tratadas en los primeros momentos como bichos raros y ¿niñas¿, las niñas que jugaban a ser periodistas. El paternalismo y el machismo procedían sobre todo de los hombres mayores, anclados en las estructuras del franquismo, veteranos periodistas que no sólo veían con malos ojos a las mujeres sino a todos los jóvenes que irrumpieron en las redacciones tras la muerte del dictador. Ellas pelearon y, entre las pioneras, tenemos por ejemplo a la primera periodista que publicó una crónica taurina en un periódico de Sevilla -Inmaculada Navarrete- o la única periodista -de hombres y mujeres- que logró entrar en el 23F en la Capitanía General de Sevilla para ver lo que había ocurrido -Marta Carrasco-. A pesar de todos los baches, todas las dificultades y todas las discriminaciones que sufrieron por cuestión de sexo -la maternidad hizo que en algunos casos incluso abandonasen la profesión-, las mujeres que trabajaron en la época justo después de la muerte de Franco admiten que los mayores obstáculos a la hora de desarrollar su trabajo estuvieron relacionados con la falta de libertad, por encima incluso de la falta la igualdad. Como ejemplifica una de ellas: sin dictadura, el periodismo habría sido para estas primeras mujeres una profesión, y no lo que fue en gran medida: una militancia.