Alteraciones neuropsicológicas en el transtorno obsesivo-compulsivoestudio con electroencefalografía cuantitativa

  1. Sanz Amador, Marta
Zuzendaria:
  1. Francisco J. Rubia Vila Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Defentsa urtea: 2003

Epaimahaia:
  1. Antonio López Zanón Presidentea
  2. Manuel García León Idazkaria
  3. José Angel Macías Fernández Kidea
  4. Julio Vallejo Ruiloba Kidea
  5. Adolf Tobeña Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

En los últimos 5 años se han publicado distintos trabajos de investigación con el propósito de conocer la neurobiología del TOC. Una línea de investigación es el estudio de las alteraciones en el procesamiento de la información. La identificación de alteraciones neuropsicológicas concretas y el efecto del tratamiento sobre las mismas puede sugerir áreas adicionales para la intervención clínica de este trastorno. Entre las distintas hipótesis que los autores barajan en torno al trastorno se encuentra la dificultad que los pacientes muestran para modificar patrones cognitivos y de aprender por mecanismo de ensayo y error. Los pacientes encuentran dificultades para inhibir pautas hacia una disfunción de las vías frontales inhibitorias que podría asimismo condicionar la sintomatología obsesivo-compulsiva. Se propone un estudio con electroencefalografía cuantitativa de este posible déficit. El estudio con potenciales evocados permite el estudio conjunto de medidas psicológicas y electrofisiológicas de funcionamiento cerebral en una escala temporal fina. Discutimos la utilidad de las alteraciones conductuales y electrofisiológicas halladas como marcadores de estado. En el análisis de los resultados encontramos diferencias en la activación eléctrica cortical a nivel frontal y en hemisferio derecho en pacientes con TOC, coherente con los hallazgos de otros trabajos de investigación. Se especula acerca de las áreas corticales implicadas en cada uno de los subprocesos cognitivos necesarios para la correcta realización del WCST. Los datos presentados no son suficientes para considerar las alteraciones conductuales y electrofisiológicas halladas como marcadores de estado, aunque apuntan hacia unas mejoras de las mismas con el tratamiento farmacológico.