Estudio clínico-epidemiológico de las anomalías cromosómicas que conllevan un exceso de material genético numérico y estructural, excluyendo trisomías 13, 18 y 21

  1. Rodríguez Martínez, Laura María
Dirigida por:
  1. María Luisa Martínez Frías Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 07 de abril de 2003

Tribunal:
  1. Pedro de Lorenzo Fernández Presidente
  2. Luis Ignacio Prieto Valiente Secretario
  3. Alfredo García-Alix Pérez Vocal
  4. Antonio Campos Muñoz Vocal
  5. Enrique Galán Gómez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Desde el inicio de la Citogenética, en 1956, hasta la actualidad, han sido muchos los avances en el estudio de los cromosomas. Tales que hoy en día se trabaja con cromosomas cada vez menos condensados (prometafásicos) (850 bandas), es decir con mayor número de bandas, por lo que las posibilidades de identificación de alteraciones estructurales cada vez más pequeñas, ha sido espectacular. Actualmente se trabaja con cromosomas de alrededor de 850 bandas, lo que permite detectar alteraciones cromosómicas de alrededor de 5 megabases, que hoy son visibles al microscopio y hace unos años pasaban totalmente desapercibidas. Del mismo modo las técnicas de Biología Molecular también han evolucionado y concretamente la Hibridación in situ con fluorescenica (FISH) nos ha permitido aumentar la capacidad para identificar puntos de rotura y anomalías estructurales incluso en cromosomas de 850 bandas. Así estas técnicas han revolucionado el funcionamiento habitual de todos los laboratorios de citogenéticas. Por ello, hoy se defiende el uso conjunto de técnicas citogenéticas de cromosomas de alta resolución (850 bandas) y moleculares para la mejor interpretación de los resultados en pacientes con anomalías cromosómicas, marcadores o con reordenamientos cromosómicos complejos (Kuznetzova T. 1995). El laboratorio se citogenética del ECEMC esta funcionando desde enero de 1981 (Martínez-Frías y Salvador, (1987). Desde aquel año, este laboratorio viene recibiendo muestras de diferentes tejidos para el análisis citogenético, procedentes de más de 40 hospitales colaboradores, recibiendo como término medio al año unas 500 muestras de recién nacidos que presentaron defectos congénitos, a todas ellas se les realiza un cariotipo de alta resolución y se les aplican las técnicas de FISH que requieran. Para la realización del presente proyecto se han recopilado datos procedentes de 149 casos cuyo estudio citogenético reveló un exceso de material cromosómico (excluyendo trisomías 13, 18 y 21). Una vez seleccionados los casos, se han separado en distintos Grupos en función del material extra del que eran portadores. Se han estudiado distintas variables en cada uno de los grupos, así como en un grupo control de niños malformados con cariotipo normal, y en otro grupo control de niños sanos. Y se han estudiado las distintas manifestaciones clínicas presentes en cada uno de los grupos. De este modo hemos observado que sobre un total de 3.426 cariotipos realizados a RN, 149 (4,35%) presentaban un exceso de material y que todos los grupos estudiados presentaban alteraciones clínicas que afectaban a cualquier estructura corporal aunque con diferentes frecuencias. Además hemos constatado que las frecuencias con las que se presentan estos excesos de material cromosómico, son diferentes en los distintos cromosomas y eso nos hace hipotetizar que algunas de las reorganizaciones observadas en nuestros casos podrían ser consecuencia de la existencia de cicatrices o "LF", que se manifiestan bajo ciertas condiciones aún desconocidas (Dutrillaux y cols. 1980). Es posible que las diferencias en cuanto a la frecuencia con la que se observan alteraciones cromosómicas estructurales en niños recién nacidos, se relacione con la presencia y número de los considerados lugares frágiles en cada uno de los cromosomas. No obstante y dado que disponemos de la posibilidad de acumular casos de niños con alteraciones estructurales de todo tipo, seguiremos indagando la relación de esas alteraciones con los cromosomas que se han mantenido inalterables a lo largo de la evolución para ir avanzando en la comprensión de las bases biológicas de las alteraciones estructurales de los cromosomas humanos