La memoria no es nostalgiaJosé Caballero

  1. Madrigal Neira, Marián
Dirigida por:
  1. Lucía García de Carpi Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 15 de noviembre de 2004

Tribunal:
  1. Francisco Calvo Serraller Presidente
  2. Ana María Arias de Cossío Secretaria
  3. Miguel Cabañas Bravo Vocal
  4. Carlos Pérez Reyes Vocal
  5. Angel Martínez Roger Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

José Caballero es un pintor fundamental en el arte español delsiglo XX. Llegó a Madrid desde Huelva en 1930, fue discípulo de Vázquez Díaz y pronto se integró en el círculo de artistas más relevantes del momento, lo cual influirá decisivamente en su vida y obra. Alberto Sánchez, Torres García, Alberti, Bergamín, Buñuel y, sobre todo, García Lorca y Pablo Neruda le enseñaron a profundizar en la poesía y sacar su esencia. Colaboró estrechamente con Lorca, haciendo las ilustraciones del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y los decorados y figurines de Bodas de Sangre, que realizó cuando formaba ya parte de La Barraca, el grupo teatral que dirigía el poeta. En estos años hizo también unos dibujos de extraordinaria personalidad que constituyen uno de los máximos exponentes del surrealismo español: El armario insólito. Durante la guerra y en los primeros años de la posguerra dejó prácticamente de pintar y trabajó casi todo el tiempo de escenógrafo y figurinista teatral. En 1949 volvió a la pintura y comenzó una etapa de búsqueda que durará hasta finales de los cincuenta, en la cual, mediante el informalismo y la materia, siempre acompañados de un fuerte lirismo, encontró un lenguaje personal que significó una vuelta a sus raíces. El paso del surrealismo a la abstracción fue algo natural, pues le resultaban dos lenguajes con los que podía expresar sus sentimientos más ocultos, además de profundizar en la realidad y en la angustia de la condición humana. En los años sesenta realizó unas obras sobre muros y barreras de toros utilizando la materia como en Gran muro blanco o Sangre en la barrera y ya en los setenta, su época más productiva, realizó grandes círculos con los que intentaba denunciar la guerra como aniquiladora de la vida y de la cultura: Negro Orestes. Hacia 1980 comenzó una etapa dominada por los signos y la caligrafía con la que continuó hasta su fallecimiento en 1991.