Adán y Eva, Fausto y Dorian Gray tres mitos de transgresión
- González de la Llana Fernández, Natalia
- Francisco Javier Fernández Vallina Director
Universitat de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 04 de de setembre de 2006
- Julio Trebolle Barrera President
- Antonio Garrido Domínguez Secretari
- Dieter Ingenschay Vocal
- Christoph Strosetzki Vocal
- Luis Javier Martínez Victorio Vocal
Tipus: Tesi
Resum
El objetivo de este trabajo es el análisis comparativo del relato bíblico de Adán y Eva, el Fausto de Goethe y El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde con la intención de demostrar que se trata de mitos de transgresión con una estructura narrativa análoga y un esquema imaginario común: la transgresión de una ley natural o divina relacionada con los límites de la esencia humana que se expresa a partir de la búsqueda de conocimiento o de eternidad/juventud/belleza, y cuyo desenlace suele ser trágico. Para llevar a cabo este propósito, la autora ha partido de un enfoque multidisciplinar que le permitiera acercarse a los textos con las mejores herramientas posibles, ya que no sólo le interesaban aspectos puramente literarios, sino que era consciente de la necesidad de estudiar el contenido filosófico y religioso inmanente en las narraciones para demostrar sus conexiones íntimas. Con estos objetivos en mente, pues, decidió dividir el trabajo en tres partes. Una primera parte que sirviera de introducción y pusiera las bases teóricas y metodológicas a mi investigación. Una segunda parte, que es el cuerpo fundamental de la tesis y que consiste en el análisis pormenorizado de las obras elegidas, en la que realiza un estudio diacrónico de la estructura mítica que quiere defender, observa las imágenes antitéticas que articulan las tres historias y las diferencias que se producen entre ellas debido a factores histórico-literarios y culturales. Y una tercera parte que es el capítulo de conclusiones. El significado de estas historias es, en realidad, según se demuestra aquí, la incapacidad humana para aceptar la propia finitud, lo que le hace rebelarse contra su naturaleza y contra su creador. El hombre quiere ser como Dios intentando alcanzar sus prerrogativas.