Vitalismo y expresionismo estético

  1. Carvalho Lima, Alzira María
Dirigida por:
  1. Manuel Maceiras Fafián Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Año de defensa: 2007

Tribunal:
  1. Luis Méndez Francisco Presidente
  2. Ramón Emilio Mandado Gutiérrez Secretario
  3. Luis Enrique de Santiago Guervós Vocal
  4. Marcelino Agís Villaverde Vocal
  5. José Luis Barreiro Barreiro Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 131017 DIALNET

Resumen

La temática de la investigación se circunscribe a dos momentos que consideramos más significativos. El primero, por contener un valor germinal donde históricamente se supone la primera gran formulación cultural y teórica de una antropología vitalista que recurre al arte para su expresión, formulada en el ambiente órfico y pitagórico. El segundo momento, objeto de nuestra mayor atención, supone un desarrollo diacrónico en la vinculación vitalidad / expresividad estética. Así nos enfocamos en la vinculación vitalidad / expresividad que, a nuestro entender, aflora de modo característico en el final del siglo XVIII, durante todo el XIX y principio del XX y, en ese trayecto, nos apoyamos en el vitalismo griego retomado por Schiller (forma viviente), por Schelling (consciente/inconsciente), por Schopenhauer (energía), por Neitzsche (vida), por Freud (pulsión) buscando señalar, extraer y analizar, en todos ellos aquellas ideas que en su filosofía contribuyen para evidenciar cuestiones relativas al arte o un tipo de arte y sus formas de expresión, mostrando la relación vitalidad/expresionismo. El método elegido no podría ser otro que el regulado por una interpretación lo más legítima posible de los textos, siempre guiados por el supuesto de fondo de nuestra investigación. De esta forma, nos aproximamos a los autores con una mentalidad sinóptica, esto es, unificadora de diversas perspectivas. Como propósito final logramos afirmar al arte como generador de vivencias, como experiencia objetiva mediante la cual la realidad de las cosas y de las personas pasan a entrar y formar parte de nuestro yo, sin violencia, porque el arte es una puerta secreta que abre el acceso a nuestra esencia y a algo más diáfano de nuestra intimidad.