Identidad personal y donaciónla configuración del yo en la acción dramática

  1. Álvarez Garrido, Ana
Dirigida por:
  1. Mariano Luis Rodríguez González Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 17 de septiembre de 2008

Tribunal:
  1. Jaime de Salas Ortueta Presidente
  2. Eduardo Chamorro Romero Secretario
  3. Roberto Roda Aixendri Vocal
  4. Stella Villarmea Requejo Vocal
  5. David D. Schindler Vocal
Departamento:
  1. Filosofía y Sociedad

Tipo: Tesis

Resumen

La pregunta acerca de la identidad personal se dirige en esta investigación hacia el sentido más profundo de este concepto. Por tanto, sin olvidar que el yo forma parte de una comunidad que lo configura, se ha querido mostrar al mismo tiempo su carácter absolutamente individual. Así, la pregunta no puede ser en primer lugar ¿qué es el yo o qué significa ser persona?, sino ¿quién soy yo? Por referirse al individuo en su exclusividad, esta pregunta resulta incontestable, pero podemos sin embargo mostrar que el ámbito en el que únicamente puede hallar respuesta se encuentra más allá del propio yo, en un espacio fundamentalmente dialógico. Este espacio, caracterizado esencialmente por la comunicación gratuita entre yo y tú, contiene el germen dramático de una acción que es reclamada por todo diálogo auténtico, ella es la puerta de entrada al espacio dramático, cuyas dimensiones conducen lo dialógico a su cumplimiento, ella sitúa al yo en la paradoja del actor, que consiste en tener que actuar para ser aquel a quien representa y en necesitar a la vez ser alguien para poder actuar: a esta acción es a la que llamamos acción dramática. Dado que sólo actuando en este espacio, definido y libre a la vez, puede el yo ser él mismo, decimos que la acción dramática es medio y fin, pues por ella se convierte el yo en esa misma forma dramática que le hace ser y aparecer, para poder a su vez darse a los otros, pero también que sólo porque es forma puede darse en la acción, puede actuar. La figura más acabada del yo como forma dramática sería el actor. En él podemos comprender la relación entre identidad personal y donación, pues en la acción dramática de entregarse en el papel, el yo-actor no busca en primer lugar la unidad del yo consigo mismo, ni lograr la propia forma, sino que forma y unidad vienen regaladas por la acción dramática de donarse, y esta acción, contemplada desde la analogía entre drama y existencia, nos remite a una acción motivada por el sin-sentido del amor. Este yo como forma en movimiento, no se abarca con una narración, pues requiere siempre una nueva acción que le haga ser aquello a lo que aspira: forma entregada al otro, identidad dramática que se alcanza a sí misma en la medida en que se entrega en el drama del ser-con-otros.