El conocimiento sobre alimentación en la formación inicial de maestros

  1. Ejeda Manzanera, José Manuel
Zuzendaria:
  1. Maximiliano Rodrigo Vega Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2008(e)ko iraila-(a)k 04

Epaimahaia:
  1. José María Parra Ortiz Presidentea
  2. Manuela Caballero Armenta Idazkaria
  3. Manuela Martín Sánchez Kidea
  4. Manuela Juárez Iglesias Kidea
  5. M. Isabel Brincones Calvo Kidea
Saila:
  1. Didáctica de Ciencias Experimentales, Sociales y Matemáticas

Mota: Tesia

Laburpena

El objetivo principal de este trabajo ha sido evaluar los conocimientos iniciales sobre alimentación y los hábitos alimentarios de una muestra de estudiantes universitarios. Dicha muestra fue de 294 alumnos (18-23 años) de la titulación de Magisterio de la Universidad Complutense de Madrid. Todos cursaron la asignatura “La alimentación humana en la escuela” durante los años académicos 2002-07. Los alumnos cumplimentaron un cuestionario de conocimientos y hábitos alimentarios incluyendo la frecuencia de consumo de alimentos, así como un registro dietético semanal estimando las cantidades en peso y raciones estándar. Los alumnos inicialmente tienen imprecisión en muchos conceptos básicos para que puedan brindar una educación alimentaria, pero pasan a obtener mejoras significativas conceptuales con asignaturas del tipo estudiado aunque en determinados casos persisten ideas previas erróneas. Los hábitos alimentarios, al contrario de lo que piensan muchos alumnos, están alejados de una alimentación sana y equilibrada. Se considera clave que los futuros profesores manejen la asociación conceptual “tipo de alimento con su frecuencia y cantidad de consumo, con su nutriente principal en él presente y con su función dietética desempeñada” dado que ésta es la base de saber elegir conscientemente un tipo de alimento u otro (y por tanto también saber sentar principios que sirvan para educar sobre alimentación). Las recomendaciones respecto de los hábitos de alimentación deben basarse en los alimentos y no en los nutrientes, ya que éstos tienen un significado mayor, principalmente social y familiar para los alumnos; además cualquier cambio de hábitos es discreto y sujeto a muchas controversias.