Paradigmas e ingratitud. Ixión y Tántalo en las literaturas griega y latina

Resumen

La tesis doctoral consiste en el estudio y el análisis de la figura mítica del ingrato, encarnada en los personajes de Ixión y Tántalo. Ambos personajes gozaron en la Antigüedad de importante notoriedad, tal y como hemos podido comprobar, a tenor de la variedad de géneros literarios en que la figura de ambos personajes fue tratada y, sin, embargo, creemos que hasta el momento no se había llevado a cabo un estudio suficientemente pormenorizado de cada uno de los dos mitos en conjunto ni tampoco de los puntos en común que ambos presentan. Para ello, realizamos un análisis detallado individual de cada personaje mítico, además de una labor de comparación entre los dos, la cual permita apreciar los múltiples puntos de conexión entre los dos, cuya base fundamental se origina en que ambos son personajes prototipos de ingratitud y, como consecuencia de ello, finalizan sus vidas castigados con una condena eterna.El método utilizado para nuestra investigación consistió en tomar como punto de partida todo un corpus de textos en los cuales apareciesen citados nuestros personajes o se les aludiese a ellos de manera clara, incluyendo obras fragmentarias, tanto en la literatura griega como en la latina. Examinar de manera pormenorizada cada uno de estos textos con el fin de dilucidar en cada uno de ellos de qué manera trata cada autor en cada ocasión la figura de nuestros personajes, y así determinar qué versión del mito siguen, con qué objetivos se sirven de nuestros personajes y si hay influencia directa de unos autores sobre otros. Con toda esta información que las fuentes nos han ido desgranando intentamos postular cuál podría haber sido, en sus rasgos principales, el mito originario, si es que subyace un hilo conductor, y cuáles son sus diversas variantes.Una vez concluido el estudio individual de los mitos se procedió a compararlos, partiendo de la base de que a priori se podría suponer que sólo les unía el ser ingratos a Zeus. Pero, tras nuestro detallado estudio individual de cada personaje mítico, pudimos comprobar que muchos eran los puntos en común que ambos compartían. Pues cumplían a la perfección la secuencia de acontecimientos, típica del pensamiento arcaico y clásico, que lleva de la felicidad mal digerida a la ruina y que se expresa con la cadena de términos ¿¿ß¿¿, ¿¿¿¿¿, ¿ß¿¿¿, ¿¿¿, ¿¿¿¿¿¿¿. Ambos, en efecto, fueron ejemplo de que la vida de los hombres está expuesta a tantos avatares que es posible conocer cómo comienza, pero no cómo finalizará, motivo principal por lo que sus historias míticas fueron muy adecuadas como paradigmas trágicos.