Fundamentos epistemológicos para el estudio de la marca país en el siglo XXIde la marca de destino turístico al concepto de la nueva diplomacia pública

  1. Alba Manrique, Mariana Celia
Dirigida por:
  1. Norberto Mínguez Arranz Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de mayo de 2014

Tribunal:
  1. Patricia Núñez Gómez Presidenta
  2. Caridad Hernández Martínez Secretaria
  3. Francisco Javier Hernández Alonso Vocal
  4. Francisco Javier Díaz Colmenar Vocal
  5. Esther Martínez-Pastor Vocal
Departamento:
  1. Ciencias de la Comunicación Aplicada

Tipo: Tesis

Resumen

Esta investigación se centra en un análisis en profundidad sobre el impacto de la imagen y reputación de un país en el panorama internacional, y su influencia en áreas tan relevantes como la competitividad, el desarrollo sostenible y el progreso social.La hipótesis central sostiene que la presencia y proyección de la marca país en el panorama internacional, entendida como modelo holístico, incentiva las buenas relaciones intergubernamentales, fomentando el comercio, el turismo y la atracción de inversión extranjera pública y privada. En otras palabras:La gestión profesional de las marcas territoriales a través de la nueva diplomacia pública favorece el fortalecimiento de la imagen positiva de una nación fuera de sus fronteras.La gobernanza y la nueva diplomacia pública generan credibilidad en los inversores y fortalecen la marca país.La innovación y la competitividad son fuentes de beneficios económicos que contribuyen al bienestar de la sociedad y la prosperidad de una nación, cuya repercusión directa se observa en la reputación de la marca país y su imagen. La internacionalización de las marcas comerciales contribuye a fortalecer el valor de la marca país y la calidad percibida de sus productos y servicios produciendo un impacto directo: el efecto ¿made in¿.Entre los referentes disciplinares, los cuales dotan de corpus epistemológico a la presente investigación de carácter multidisciplinar destacan tres:La Comunicación, fundamentalmente la comunicación publicitaria y la creatividad de las marcas comerciales como principales soportes de la construcción del mensaje y el posicionamiento estratégico de las marcas territoriales. La Economía clásica y las recientes líneas de investigación en materia de competitividad, sostenibilidad y desarrollo, por las implicancias de las marcas en el contexto económico en el que operan las marcas para el logro de los objetivos comerciales del empresario. Y por la necesidad de gestionar marcas económicamente justas, socialmente responsables y respetuosas con el medioambiente.El Derecho por las implicancias jurídicas que circundan a las marcas principalmente en materia de transparencia informativa y gobernanza.El desarrollo de la investigación permitió llegar a una serie de conclusiones preliminares:Primeramente, puede decirse que detrás de un programa de gestión de marca país tiene que haber una idea y una estrategia de negocio, dado que el marketing funciona siempre y cuando se utilice de forma estratégica no sólo promocional, y por esa razón, la gestión de la comunicación de la marca país debe enmarcarse en hechos reales. Esto supone el uso de las principales las ventajas competitivas que un país puede ofrecer al mercado internacional permiten definir una imagen y una identidad coherente de país.Así mismo, implica la necesidad del desarrollo de una estrategia de marca holística que contribuya a formar una imagen visual uniforme capaz de comunicar estratégicamente la marca. La misma, además de utilizar las técnicas publicitarias, debería servirse de la nueva diplomacia pública como instrumento de comunicación de vanguardia.La conclusión final a la que arriba esta investigación es que la marca país para ser fuerte y reputada tiene que ser sólida en todas sus facetas. Por tanto, debe expresarse de manera creíble y realista respondiendo a una estrategia coherente que comunique los beneficios y ventajas del país. En tal sentido, debe comportarse como fuente de diferenciación suficiente y significativamente atractiva tanto para consumidores, como para captar inversión extranjera y atraer capital intelectual, por el consecuente impacto económico que representa para la industria nacional y el estado de bienestar de sus ciudadanos.