Una mina más rica que las de oro del Potosíélites, técnicos, instituciones y trabajadores en el nacimiento de la vitivinicultura uruguaya (1870-1930)

  1. Benfanti, Daniele
Dirigida por:
  1. José Antonio Sánchez Román Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 04 de diciembre de 2014

Tribunal:
  1. Jorge Óscar Fonseca Castro Presidente/a
  2. José Antonio Montero Jiménez Secretario
  3. Alberto Esteban Nicolini Vocal
  4. Juan Pan-Montojo Vocal
  5. Josep Colomé Ferrer Vocal
Departamento:
  1. Relaciones Internacionales e Historia Global

Tipo: Tesis

Resumen

Resumen La tesis constituye un análisis descriptivo de la evolución de la vitivinicultura en Uruguay, desde los primeros ensayos de cultivo y de elaboración del vino, acontecidos en la década de 1860, hasta su definitiva consolidación en la década del veinte. Se han evidenciado tres fases fundamentales. Durante el período 1860 1893 se verificaron las primeras experimentaciones, en el marco de una lectura muy optimista sobre el destino del sector que, en opinión de los sectores modernistas de las elites, hubiera sustituido a las importaciones y penetrado en la corriente agroexportadora de bienes agrícolas. La crisis filoxérica de 1893 y la competencia de los vinos artificiales inauguraron un segundo período, caracterizado por una rápida y eficiente respuesta a las crisis. Por último, a partir de la Primera Guerra Mundial se verificó la definitiva consolidación del sector, aunque con unas características sustancialmente opuestas a las pensadas en el momento de su nacimiento. Es decir, la elaboración de cantidades crecientes de vino de calidad discutible, que superaban ampliamente las posibilidad de consumo del mercado interno, y la constante expansión de la superficie de cultivo. La importancia de la tesis reside en la misma constatación de la existencia de la vitivinicultura en Uruguay, visto que la historiografía tradicional ha vislumbrado en la ganadería el único sector económico viable y el destino manifiesto del país, negando cualquier tipo de capacidad de arraigo para las actividades agroindustriales. El examen está centrado sobre tres ejes fundamentales que pautaron a todo el proceso la significación social de la vitivinicultura que, por un largo período, fue considerada por algunos sectores de las elites como un instrumento determinante para el control social y no como un sencillo ámbito productivo, mientras fue vista como un mecanismo de ascenso social por grupos emergentes, el papel que el sector podía jugar en la economía nacional y la discusión sobre quienes debían guiar las directrices de desarrollo sectorial tanto para impulsar algunas decisiones relacionadas con los aspectos anteriormente citados como para establecer si para impulsar los avances y las innovaciones primaba la experiencia empírica de los productores o el conocimiento codificado de los ingenieros agrónomos y enólogos. En este marco, ha sido posible evidenciar a cuatros actores que intervinieron en el despegue vitivinícola. Un sector modernizante de la elite, que cargó al cultivo de la vid de un fuerte significado social, además de económico, en el sentido de que las viñas fueron consideradas, además de un negocio promisorio, como una herramientas para obtener el incremento de la población del país, lograr la pacificación interna y reducir los costes laborales. El Estado, que se demostró dispuesto a impulsar el desarrollo sectorial, pero siempre subordinado al fortalecimiento de las propias funciones y actividades. Los técnicos, que nacieron como resultado de la expansión de las actividades estatales. Llamados a presidir las nuevas dependencias administrativas, su función no se limitó a reproducir el ideario político y económico del Estado, sino que intentaron abrirse un espacio autónomo de actuación, insistiendo en el carácter científico y neutral de sus recomendaciones. Por último, un sector que he definido genéricamente como trabajadores, conformados por colonos, pequeños agricultores, productores con diferentes tipos de contratos agrarios, que intervinieron activamente en la promoción del cultivo, el incremento de su productividad, en la difusión de técnicas tradicionales y nuevas, en la experimentación y consolidación de innovaciones en ámbito enológico.