Escrituras para ver e imágenes para leerdel nacimiento y desarrollo de una noción filosófica de escritura icónica a su exposición en tres discursos creativos (a-"grafismo", tipo-"grafía", foto-"grafía")

  1. Carrasco Castro, María Isabel
Dirigida por:
  1. Ana María Leyra Soriano Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de septiembre de 2013

Tribunal:
  1. Julián Santos Guerrero Presidente
  2. María Begoña Fernández Cabaleiro Secretaria
  3. Ricard Huerta Vocal
  4. Joan Manuel Marín Torres Vocal
  5. Rosalía Torrent Escaplés Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Esta tesis se divide en dos partes. La primera delimita el concepto de escritura que se va a tratar mediante el análisis de los prejuicios e ideas implícitas que existen en torno a su naturaleza híbrida -o mixta e irracional en términos de Anne-Marie Christin. Esta sección sirve de marco para la segunda en la que se han llevado a cabo estudios iniciales del recurso de la escritura en obras de tres artistas, que han sido seleccionadas con el fin de ilustrar cuestiones específicas acerca de la interacción entre la escritura y la imagen que se observan en el arte actual.A través de las propuestas de autores como Jack Goody, André Leroi-Gourhan, Leonard Shlain, Roland Barthes, o la ya citada Anne-Marie Christin, en la introducción teórica de las tesis se analizan, desde la antropología, la historia y la filosofía, seis aspectos de la genealogía de la escritura que se han ido acumulando y permeando entre sus capas de significante hasta hacerse inherente de ella. Este habitante de la escritura, ajeno en principio, oscila entre lo ritual y lo funcional y ha terminado por instalarse en su naturaleza aunque, en ocasiones, ésta no aspire sino a invocar su condición visual sin más. La tensa convivencia se manifiesta especialmente cuando lo gráfico irrrumpe en el terreno de la visualidad provocando la desestabilidad de todo el sisma de representación.En primer lugar se aborda el proceso de reconocimiento de signos en la naturaleza como mensajes mágicos o señales de futuro. De este modo, la escritura tiene que ver sobre todo y antes que nada con un ejercicio de visualización asociado a lo mágico y lo secreto. En este sentido, en el Antiguo testamento, el Corán o, en el caso más conocido del antiguo Egipto, se dan incontables referencias al poder de la escritura para intervenir en la realidad o en el más allá (hacer el mal o curar, por ejemplo). El uso mágico de lo gráfico también conlleva la figura de un elegido apto para su lectura o ejecución que irá perfilando la exclusividad del medio y, por lo tanto, la jerarquía asociada al dominio escritura.En segundo lugar, se exploran los mitos del origen de la escritura alfabética en diferentes culturales y su frecuente conexión con la intervención divina, de ahí el origen de Las Sagradas Escrituras, los libros mágicos o las llamadas religiones del libro. En todas las culturas del Mediterraneo un dios o un héroe ofrece la escritura a los hombres y este regalo siempre conlleva tintes de violencia (Babel). Además comienza a relacionarse el poder creador divino con el de la palabra (Islam, Cristianismo) lo que desencadenará el inicio de la primacía del lenguaje sobre su manifestación visual. Por otro lado, y siguiendo a Shlain, en todos se da un enfrentamiento entre el sistema anterior oral o ideográfico con el nuevo sistema que implicará una restructuración del pensamiento hacia lo lógico lineal, además de un gran conflicto en la forma de entender el mundo reflejado en muchas culturas a través de contiendas belicoss entre diosas y dioses, o dioses y héroes. En este sentido, se observa por primera vez una imposición de los valores masculinos del héroe, el guerrero o el dios que en numerosos casos (como el del Código Hammurabi o las Tablas de la Ley) suponen las primeras normas escritas en las que las mujeres que encuentran en una notable desventaja comenzando así una asociación de la escritura con lo patriarcal.En tercer lugar, la escritura también nació con una vocación práctica de modo que las primeras marcas servían para anotar o contar y, de este modo, externalizar la memoria y el pensamiento lo que dió lugar a los primeros códigos abstractos y la representación visual del conocimiento y que, a largo plazo, la convertiría en custodia de la cultura estableciendo así una red de compartimentos divididos y articulados del saber y, consecuentemente, reestructurando el concepto de conocimiento y cultura en base al nuevo instrumento. A este respecto, la escritura ha jugado un papel clave en los