Innovación educativa y comunicación

  1. Serrano Partida, Rafael
Dirigida por:
  1. Manuel Martín Serrano Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 16 de mayo de 2013

Tribunal:
  1. Mariano Fernández Enguita Presidente
  2. Francisco Bernete García Secretario
  3. Pablo del Río Pereda Vocal
  4. José Manuel Pérez Tornero Vocal
  5. Javier Loredo Enríquez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Esta disertación versa sobre cómo la acción pedagógica, entendida como orden-sistema, se sirve de la acción comunicativa para producir, distribuir, consumir e intercambiar información significativa. Se sostiene que toda acción pedagógica implica o requiere de una acción comunicativa. El fundamento de la tesis se halla en este supuesto: educar es un proceso informativo-comunicativo. La tesis propone- Analizar la construcción de la identidad docente, el concepto de grupo, la elaboración del discurso pedagógico y las dramaturgias docentes; examinar los medios biológicos y tecnológicos que intervienen para informar y comunicar en la educación; identificar los modelos ético-conversacionales y sus transformaciones, relacionadas con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y de una nueva época que se ha venido en llamar -de la globalización- y mostrar que tales transformaciones, al tiempo tecnológicas y socio-históricas, están incidiendo en una crisis de los modelos pedagógicos y en general, de las prácticas docentes. Las crisis que se manifiestan a nivel del sistema educativo, por lo general, no son solamente crisis de la educación, ni tienen su origen en dicho sistema. Remiten a otras crisis, que suelen aparecer en los tiempos en los que se están produciendo las reconversiones estructurales y funcionales que son propias de los cambios socio-históricos. Para el tema que nos ocupa, hay que mencionar las siguientes, A. Un acelerado proceso de desestructuración del sistema social y de sus organizaciones manifestado en, i) el abandono, deslinde o transferencia de funciones socializadoras-enculturizadoras, que venía asumiendo del Estado, a la sociedad de mercado; ii) en el debilitamiento y deconstrucción de los procesos de socialización que asumían la familia y la escuela (los padres y los profesores pierden credibilidad y confianza); y iii) en la instrumentación del conocimiento, que trastoca estructuras de significado (una nueva semiótica, una dispersión de los conocimientos y de su sentido y valor). B. La relativización de los valores, que arrincona o derrumba los criterios de certeza, solidaridad y colaboración. Ahora se habla de flexibilidad, velocidad y de la capacidad para modificar posturas y principios, abandonar grupos, lealtades y compromisos. C. El anegamiento de los tiempos existenciales, por el exceso de información. Lo que condiciona, modifica o limita el ejercicio de las libertades para pensar, reunirse o transitar. D. La transferencia de las relaciones interpersonales directas, cara a cara, a interacciones virtuales, no presenciales. Lo que significa trastocar las relaciones próximas y cercanas, presenciales-duras, por relaciones lejanas y distantes, telepresentes-suaves. Un cambio que modifica sustancialmente la existencia humana. Las TIC agudizarán las contradicciones entre los proyectos deshumanizadores y humanizadores. La crítica a las nuevas formas de enculturización, señala como rasgos negativos, que vienen acompañadas de deconstrucciones, abandonos y rupturas regidas por la razón instrumental. Pero también las TIC traen la posibilidad de una reorganización social que cumpla con las utopías del conocimiento y de la justicia social; el acceso universal a los conocimientos y la interculturalidad que construya una identidad planetaria basada en la inclusión y la fraternidad en un mundo diverso y plural. Esta disyuntiva entre el proyecto deshumanizador y el proyecto humanizador también se expresa en el microcosmos del aula. La escuela y los nuevos espacios formativos que emergerán en el futuro tendrán como contexto esta disyuntiva; formar para la competitividad, la presteza para cambiar, la capacidad para olvidar compromisos y lealtades; o formar para la convivencia, para convertir el acto de conocimiento en un acto de comprensión y de fraternidad universal, para otorgar un sentido a la aventura humana.