Representaciones de género y acceso a la propiedad de la tierra en Colombia

Resumen

En diversos estudios, sobre todo los llevados a cabo por León y Deere (2000), se especifican sobre la serie de condicionantes que las mujeres campesinas deben enfrentar, para ejercer su derecho a la tierra. Las autoras reconocen que múltiples son las causas. Por un lado están aquellas materiales que afectan al campesinado en general, pero que tienen un efecto diferenciado en las mujeres- concentración de la tierra en pocas manos, situación ligada a la dinámica del conflicto armado; la implantación equivocada de modelos de desarrollo que según PNUD (2011, p. 304) -no han respondido a las demandas y necesidades de los productores rurales con menores dotaciones de recursos y capacidades; y, la ineficiente institucionalidad e infraestructura y la no respuesta efectiva a las problemáticas de este sector. Por otra parte, están aquellas causas, que sí bien tiene expresiones materiales y son también determinantes y determinadas por las anteriores, se ubican en el plano de lo cultural. Frente a este aspecto León y Deere (2000) resaltan cómo la conceptualización sobre el género y el sexo, condiciona de manera importante las posibilidades de las mujeres rurales para acceder a la tierra. Sí bien dichos estudios ofrecen pistas para comprender la intervención de lo cultural, solamente hacen énfasis en cómo este aspecto, es determinante en la implementación de la política de tierras. Generalmente no se específica sobre cómo los procesos de negociación entre agentes, bajo los que estas se construyen son procesos imbuidos por connotaciones culturales. Facio (1992) recalca que es clave considerar que en la formulación de las políticas, quienes participan son personas que encarnan actitudes, juicios y preconceptos sobre hombres y mujeres, sobre sus conductas y acerca de sus necesidades. Insistiendo en que dichas valoraciones van a influir, en mayor o menor medida, en las decisiones que se toman; y, en lo que se ubica como objetivo y meta de las decisiones y acciones estatales. Este aspecto revela la existencia de una dimensión sociocultural de las políticas, en la que las ideas, valores, actitudes, representaciones e imaginarios sociales de los diferentes actores involucrados, se constituyen en marcos de interpretación y producción de sentido (Puello, 2007, p. 83).De acuerdo con lo anterior, planteamos, que en parte, el bajo acceso de las mujeres campesinas a la propiedad de la tierra, tiene también que ver, con los contenidos que se negocian entre los agentes sobre aspectos relativos a este tema, la que claramente está mediada por -un esquema de interpretación del mundo cuyo origen y sustento es la conceptualización/construcción social y cultural que se hace de la diferencia sexual- (Sañudo, 2014, p. 20). Bajo esta presunción, nos propusimos indagar sobre cómo operan las representaciones de género que encarnan los agentes, en la negociación de la política de tierras, es decir cómo median las concepciones sociales que un grupo social ha construido simbólica y prácticamente sobre la diferencia sexual tanto en las reivindicaciones que los agentes plantean, como en los intereses que persiguen y los logros conseguidos. En concreto, el análisis se centró en dos momentos claves- la negociación de las leyes de reforma agraria: -Ley 30 de 1988- y -Ley 160 de 1994-, normas, que además de ser producto de la articulación de las mujeres rurales como agente negociador, incorporaron medidas de género como estrategia para regular el acceso a la tierra en Colombia. Se analiza la negociación en lo que Bourdieu, ha definido como campo, es decir en una serie de escenarios que emergen y se institucionaliza con el fin de dirimir los conflictos que surgen en relación a la posición de los sujetos, en la estructura de la tierra; y, en el marco de los cuales se articulan una serie de agentes para luchar por el logro de sus intereses frente a este aspecto.