La problemática de la normalidad en la fenomenología trascendental

  1. Reyes Melero, Ignacio de los
Dirigida por:
  1. Ramón Rodríguez García Director
  2. Agustín Serrano de Haro Martínez Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 22 de mayo de 2013

Tribunal:
  1. Rogelio Rovira Madrid Presidente
  2. Juan José García Norro Secretario
  3. Alejandro Gustavo Vigo Pacheco Vocal
  4. Francesc Pereña Vocal
  5. Dermot Moran Vocal
Departamento:
  1. Lógica y Filosofía Teórica

Tipo: Tesis

Resumen

La problemática de la normalidad, a la que Husserl dedica numerosos manuscritos desde los años 20, se presenta en la obra del autor alemán como una bisagra entre la dimensión trascendental y el problema de la historicidad.La tesis está introducida por un amplio marco histórico-filosófico en el que hemos querido abordar la importancia y el lugar del concepto de normalidad, tanto en el contexto filosófico como en el de otras disciplinas. La primera parte de la tesis está dedicada a algunos elementos característicos de la fenomenología husserliana relacionados directamente con el desarrollo de la problemática acerca de la normalidad; concordancia, tipicidad y optimalidad emergen desde el principio como rasgos característicos de toda experiencia, tanto en su referencia subjetiva como en su dimensión mundana. La segunda parte de la tesis amplia el horizonte de las consideraciones iniciales y afronta el problema de la normalidad desde la perspectiva intersubjetiva. Desde esta última, según Husserl, la normalidad aparece como condición necesaria de la constitución y rostro personal del mundo. La tercera parte ahonda en los límites de la normalidad y sus fronteras. La última parte se plantea la presencia de todas aquellas a-normalidades que parecen fracturar el mundo vivido en la normalidad. Más allá de las que considera Husserl, hemos querido dedicar al problema del mal los últimos parágrafos con el fin de mostrar hasta qué punto las reflexiones previas acerca de la normalidad pueden extenderse de un modo radical al mundo personal. Este último ofrece desde su raíz no sólo una apariencia normal, sino también una tensión hacia el cumplimiento y un arraigo esencial en el bien. El mal emerge así como la a-normalidad más importante, aquella que socavaría el fundamento del mundo de la vida.