La desamortización de Madoz en Madridcapital y provincia (1855-1894)

  1. Moreno Ballesteros, Vicente
Dirigida por:
  1. Luis Enrique Otero Carvajal Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 12 de febrero de 2015

Tribunal:
  1. Jesús Antonio Martínez Martín Presidente
  2. Rubén Pallol Trigueros Secretario
  3. Juan Sisinio Pérez Garzón Vocal
  4. Gracia Moya García Vocal
  5. Ángel Bahamonde Magro Vocal
Departamento:
  1. Historia Moderna e Historia Contemporánea

Tipo: Tesis

Resumen

La tesis se ocupa del estudio de la desamortización de Madoz en la provincia de Madrid, a través del estudio exhaustivo de las subastas y compradores y su correspondiente tratamiento informático, se ha establecido la procedencia de los bienes subastados en todos los municipios de la provincia, su precio de tasación y de venta, la identidad de los compradores y el alcance de la desamortización sobre el conjunto de la provincia y en cada uno de los municipios. El número total de ventas llevadas a cabo en la provincia madrileña, incluyendo la capital, se desglosan de la siguiente manera: en primer lugar las procedentes de Propios con un 47 por ciento del total, seguidas de las del Clero con el 33 por ciento y, a mucha distancia, Beneficencia con el 9 por ciento, Patrimonio con un 6 por ciento, Estado con el 4 por ciento y, finalmente, Instrucción Pública con el 1 por ciento. La situación cambia cuando se analiza el valor de los bienes subastados, ya que en primer lugar por volumen total en pesetas, aparece Patrimonio con un 35 por ciento del total, seguido por Propios con un 21,5 por ciento y a mucha mayor distancia, Beneficencia, Clero y Estado, con unas cantidades en torno al 14 por ciento, quedando en último lugar Instrucción Pública con poco más del 1 por ciento. Madrid capital con solo un cinco por ciento del total de ventas, alcanza en Subasta el 53 por ciento del valor total subastado, en Remate el 47 por ciento y en cuanto al Beneficio el 35 por ciento del total de la provincia. Por número de ventas, en primer lugar aparece Patrimonio con un 41 por ciento del total, seguido por el Estado con un 25 por ciento, Beneficencia, con el 15 por ciento, Clero con el 13 por ciento, Propios con un 5 por ciento e Instrucción Pública con el 1 por ciento. En cuanto al importe subastado, aparece en primer lugar Patrimonio con el 29 por ciento del total, seguido por Beneficencia con un 24 por ciento, Estado con el 22 por ciento, Clero con un 18 por ciento y finalmente Propios con un 4 por ciento e Instrucción Pública con el 2 por ciento.La diferencia entre las ventas de fincas rústicas y urbanas, se decanta en favor de las rústicas en cuanto al número de ventas, un 90 por ciento, frente a un solo 10 por ciento de fincas urbanas, de las cuales un 92 por ciento de ese 10 por ciento se ubica en la capital madrileña. En cuanto a la superficie de las fincas vendidas, un 78 por ciento tienen menos de 10 fanegas, mientras que solo 54 superan las 1.000 fanegas, lo que muestra una gran parcelación de las mismas.En cuanto a los compradores, fueron todos aquellos que tenían poder económico para llevarlas a cabo, la alta y media burguesía tanto ciudadana como rural así como la aristocracia fueron los principales compradores.La desamortización en la provincia de Madrid, desde 1855 a 1894, muestra tres etapas bien diferenciadas. La primera desde Mayo de 1855 a Octubre de 1856, periodo en el cual tiene gran importancia las ventas llevadas a cabo en la capital madrileña, en su gran mayoría, fincas urbanas. Una segunda desde Octubre de 1858 hasta 1866, momento álgido del proceso desamortizador, sustentado en las ventas de Propios, Beneficencia y Clero, a lo largo de toda la provincia, incluyendo la capital. Finalmente, la que recorre el Sexenio Democrático y que finaliza con la entronización de Alfonso XII, donde los importes alcanzados tanto en la Subasta como en el Remate son superiores al periodo anterior, pero que se soportan de forma casi total en las ventas del Patrimonio de la Corona. A partir de 1877, aunque las ventas continúan, el valor de las mismas es irrelevante, hasta su práctica extinción a final de siglo.