Luigi Manini (1848-1936) en el Teatro de São Carlos de Lisboa, o un futuro incierto para la herencia de los Bibiena

  1. Arnal Ferrandiz, Marina
Dirigida por:
  1. Miguel Ruiz Massip Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 24 de septiembre de 2015

Tribunal:
  1. Agustín Martín Francés Presidente
  2. Eugenio Bargueño Gómez Secretario
  3. María-José García-del-Moral Vocal
  4. Sara Blancas Álvarez Vocal
  5. Silvia Nuere Menéndez-Pidal Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La idea básica que fundamenta mi tesis, es el grado de atención que ha infundido en las instituciones responsables, el desarrollo de la representación espacial escénica. Para ello el interés se ha centrado en el trabajo escenográfico de Luigi Manini, escenógrafo titular del Teatro Sao Carlos de Lisboa entre 1979 y 1907. Es sabido que en Portugal, como en todas las demás naciones europeas, la contribución italiana en el área de la escenografía fue de gran importancia hasta el final del siglo XIX La primera parte de la tesis se centra en la escenografía en Portugal antes y después de la apertura del Sao Carlos. Hablando de los escenógrafos que allí trabajaron antes de la llegada de Luigi Manini. En la segunda parte el interés recae en la figura de Luigi Manini, quien vivió entre 1848 y 1936. Manini llega a Lisboa en 1879 para sustituir a la célebre pareja de escenógrafos Rambois y Cinatti . En cuanto a la personalidad creadora de Manini llama la atención su carácter reconciliador, ya no solo entre estilos revivalistas, sino también entre culturas y entre diferentes áreas de expresión artística, como fue la pintura, la arquitectura y la fotografía además de la escenografía. Con las monumentales obras arquitectónicas del Palace Hotel de Buçaco y la Quinta da Regaleira, quedó definitivamente ligado a la interpretación del estilo manuelino. La particular aplicación que hizo de sus valores escenográficos al plano de la arquitectura le consolidó también como una destacada personalidad en el medio cultural portugués de la segunda mitad del ochocientos. El aspecto más característico de su formación es el cariz autodidacta. Frecuentó durante un año la Real Accadeia di Belli Arti de Milán, pero hay que destacar también el papel de los talleres de pintura y un adiestramiento tradicional basado en la relación maestro-discípulo. También su paso por la Scala de Milán, a partir de 1873 fue fundamental para su formación pictórica y estética junto a Carlo Ferrario 1833-1907. De forma indirecta, a través de Carlo Ferrario, Luigi Manini aprendió en el teatro la Scala los métodos de perspectiva enseñados en la Accademia di Belle Arti de Milán. A su llegada Portugal se encontró con fuertes reticencias por parte del público y de la crítica pero no tardó en imponerse por la radiante vivacidad de su técnica pictórica. A partir de la década de los ochenta la fama de Luigi Manini se extiende por el país. Manini significó el fin de una época con la consecución de los conocimientos heredados de los Bibiena y el principio de otra, que comenzó gracias a las rigurosas puestas en escena de cariz casi simbolista con la compañía Rozas y Braçao. En la tercera parte se ha procurado hacer un breve análisis de las perspectivas de algunas de sus obras para demostrar la exactitud y el rigor de sus trazados buscando clasificar el grado de erudición y encontrar estadios evolutivos en su obra. También se ha incluído un breve estudio sobre los telones supervivientes que aún quedan colgados en los teatros Sá de Miranda, en Évora y García Resende, en Viana do Castelo. CONCLUSIONES: Tras la salida de Manini como escenógrafo titular del S. Carlos en 1895, la escenografía de ese teatro entra en rápida decadencia. Además caen en desuso los escenarios de telas pintadas para dar lugar a los de papel. Podría decirse que con Manini acaba de extinguirse el periodo de influencia, que durante dos siglos proyectó el arte italiano sobre la escena portuguesa.