La percepción de caras libres de expresión en la esquizofreniaun estudio mediante magnetoencefalografía

  1. Moron Nozaleda, María Dolores
Dirixida por:
  1. María Inés López-Ibor Alcocer Director
  2. Juan José López-Ibor Aliño Director

Universidade de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 05 de xuño de 2014

Tribunal:
  1. Tomás Ortiz Alonso Presidente
  2. Elpidio Calvo Manuel Secretario
  3. Maria Sara Gonzalez Vives Vogal
  4. Javier Correas Lauffer Vogal
  5. Esteban García-Albea Ristol Vogal
Departamento:
  1. Medicina Legal, Psiquiatría y Patología

Tipo: Tese

Resumo

Analizamos cómo los pacientes que sufren de esquizofrenia perciben los rostros de personas desconocidas que no muestran emociones, con el fin de investigar la atribución de significados a una experiencia sensorial compleja pero sin excesiva significancia. El reconocimiento facial es una experiencia sensorial básica para permitir la interacción social, que es una de las principales deficiencias de los pacientes con esquizofrenia. Partimos de las siguientes hipótesis; en los pacientes con esquizofrenia paranoide, durante la actividad delirante, existe una actividad cerebral mayor que en los sujetos de control; durante la actividad delirante, el paciente necesita más tiempo para procesar la información; el proceso de Análisis Primario de la información es igual en los pacientes con actividad delirante que en los sujetos control; el proceso de Evaluación Cognitiva Unificada es más lento y de características diferentes en pacientes que en los controles. Analizamos la línea basal y los registros MEG postestimulation cognitiva. Los estímulos consistieron en mostrar fotografías de rostros de personas desconocidas con expresión facial neutra. Seleccionamos una serie de 25 pacientes con esquizofrenia y una actividad delirante intensa con el fin de estudiar el componente de procesamiento de la información durante el delirio, y no durante el periodo intercrisis. El estudio del síntoma proporciona una mayor validez que el estudio de la enfermedad en sí. Obtuvimos los siguientes resultados. Los pacientes tienen una actividad significativamente mayor en los dos hemisferios (0-700 ms) siendo en el HD mayor que en el HI. Presentaron una mayor actividad en la circunvolución fusiforme media (AB 37) en el HI (200-300 ms), en las áreas temporales superiores (AB 22, 41 y 42) en ambos hemisferios (100-700 ms) y en el polo temporal (AB 38) en el HD (300-400 ms) y una menor actividad de este último en el HI. Acorde a las hipótesis de las que partíamos concluimos, 1. Los pacientes delirantes, al ser confrontados con un estímulo facial, necesitan activar el cerebro más que los controles. 2. La actividad similar en ambos grupos en las áreas occipitales significa que el paciente no presenta un déficit en los estadios iniciales de la transformación visual del estímulo, mientras que en los estadios finales existe una diferencia significativa; necesita para activar más estas áreas, para poder realizar tareas complejas. 3. La disminución de la actividad en el lóbulo temporal derecho sugiere un déficit en la habilidad para atribuir estados mentales. 4. El aumento de la activación en el área de lenguaje en enfermos sugiere que la información visual podría ser procesada como si fuera auditiva. También sugiere que necesitaría atribuir un significado verbal a un estímulo emocionalmente neutro. 5. La activación del Polo Temporal Derecho sugiere una sensación de familiaridad ante rostros de personas desconocidas que no se observa en los controles. 6. Las áreas más activadas son las que participan en el proceso de pensamiento, en la atribución de significado a las percepciones y en actividades como la teoría de la mente, esenciales para la interacción social. Las áreas temporales anteriores menos activadas indican una reducción de la memoria semántica para las caras, que podemos considerar un factor importante en el aislamiento social de la esquizofrenia. Estas alteraciones son indicativas de una disfunción de las redes neuronales del hemisferio izquierdo. 7. El uso de técnicas de neuroimagen funcional aporta una inestimable ayuda en el estudio de la fenomenología de enfermedades cuyas alteraciones estructurales son limitadas o inespecíficas, enfermedades de la mente que, si bien se ha sabido desde hace siglos que tenían alguna relación con el cerebro como órgano, hasta ahora había sido difícilmente explorable.