Papel de las isoformas del receptor de insulina en la regulación de la homeostasia glucídica y lipídica en un modelo de diabetes experimental

  1. DIAZ-CASTROVERDE VICARIO, SABELA
Zuzendaria:
  1. Manuel Benito de las Heras Zuzendaria
  2. Oscar Escribano Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2016(e)ko urria-(a)k 24

Epaimahaia:
  1. Maria Cristina Casals Carro Presidentea
  2. Angela María Martínez Valverde Idazkaria
  3. Gema Medina-Gomez Kidea
  4. Gloria González Aseguinolaza Kidea
  5. Elisa Fernández Millán Kidea
Saila:
  1. Bioquímica y Biología Molecular

Mota: Tesia

Laburpena

La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica compleja cuya patogénesis implica fallos tanto en la acción periférica de la insulina como en su secreción. En el estado postprandial, el hígado regula la homeostasia glucídica por medio de la captación de glucosa y su conversión a glucógeno y lípidos (von Wilamowitz- Moellendorff et al., 2013). La desregulación de los mecanismos por los cuales la glucosa y la insulina dirigen el metabolismo del glucógeno es una de las principales causas que provocan la diabetes tipo 2, la enfermedad metabólica más común entre la población mundial (Leibiger et al., 2001). El receptor de insulina pertenece a la superfamilia de receptores tirosina quinasa, concretamente a la subclase II, y juega un papel fundamental en el metabolismo de la glucosa. El receptor de insulina está estrechamente relacionado con otros miembros de la familia, como el receptor del factor de crecimiento similar a la insulina, el cual está implicado en procesos de crecimiento y desarrollo (Benyoucef et al., 2007; Ward et al., 2009). En mamíferos, el splicing alternativo del exón 11 del gen del receptor de insulina da lugar a dos isoformas: A y B. Concretamente, la isoforma B posee 12 aminoácidos extra localizados inmediatamente después del dominio de unión a ligando, aunque no afecta a su afinidad por la insulina, la cual es muy similar entre las dos isoformas (Menting et al., 2013; Whittaker et al., 2002). Sin embargo, la isoforma A del receptor de insulina tiene, aproximadamente, 10 veces más afinidad por los factores de crecimiento insulínicos tipo I y II que la isoforma B (Malaguarnera et al., 2011). Además, la isoforma A del receptor de insulina se expresa predominantemente durante el desarrollo embrionario, favoreciendo así los efectos del factor de crecimiento insulínico tipo II (Frasca et al., 2009). Por el contrario, la isoforma B del receptor de insulina se expresa de forma predominante en tejidos adultos, incluido el hígado, en los cuales dirige los efectos metabólicos de la insulina (Malaguarnera y Belfiore, 2011)...