Organización cerebral en el reconocimiento de caras conocidas y no conocidas en niños con autismo

  1. ASENSIO ASENSIO, ANA BELEN
Dirigida por:
  1. Tomás Ortiz Alonso Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 03 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. María Inés López-Ibor Alcocer Presidenta
  2. Francisco Javier Quintero Gutiérrez del Álamo Secretario
  3. Almudena Capilla Vocal
  4. Javier Correas Lauffer Vocal
  5. Ginés Llorca Ramón Vocal
Departamento:
  1. Medicina Legal, Psiquiatría y Patología

Tipo: Tesis

Resumen

La cuestión de esta tesis nace de la pregunta de si realmente los niños con autismo y las personas con autismo presentan dificultades para el reconocimiento y procesamiento facial. El reconocimiento de caras individuales es una capacidad visual humana básica para las relaciones interpersonales. Teniendo en cuenta lo que dijo Utta Frith (2002) de que la característica universal del procesamiento humano de la información estaba alterada en el autismo, sabiendo que una de las alteraciones de mayor importancia que se han descrito en el trastorno autista es la aparente dificultad que parecen presentar para el reconocimiento facial, podríamos decir que no sabemos si la alteración que presentan las personas con autismo como se viene describiendo en la literatura existe como tal en el reconocimiento de caras, en el procesamiento de la misma y de sus rasgos, o en la dotación de significado. El objetivo de esta investigación es saber si existen diferencias en la latencia y en la localización de fuentes de las ondas N170 y N400 durante el reconocimiento de caras conocidas y no conocidas como indicadores neurofisiológicos del procesamiento central en un grupo de niños con autismo y un grupo de niños control. Como conclusión final hemos observado en los resultados la existencia de diferencias significativas entre los grupos y también la existencia de una mayor activación cerebral general para realizar cualquier proceso de reconocimiento facial en niños con autismo que en el grupo de niños control, lo que podría estar indicando un cerebro hiperactivado, que como consecuencia consume o necesita más energía que el cerebro del desarrollo ordinario para realizar el proceso cognitivo que implica el reconocimiento facial.