Antecedentes artísticos de la danza "contact improvisation"visiones educativas de los "contacters"

Resumen

Esta investigación tiene como objeto realizar un estudio de la danza Contact Improvisation -CI- teniendo en cuenta los antecedentes artísticos, y considerar las visiones educativas de los contacters. Se ve motivada por la inquietud de encontrar nuevos caminos que ayuden al desarrollo de una educación más integral partiendo de procesos diferentes a los habituales, utilizando formas artísticas que aboguen y fomenten la libertad, la sensibilidad y la comunicación. Encontramos que existe un cambio social en el testimonio de diferentes autores, educadores y artistas, y por eso pensamos que hemos de plantearnos un cambio educativo, una regeneración del aprendizaje, en el que se le dé mayor espacio al desarrollo de las habilidades no cognitivas, al juego y a los valores sociales como el respeto, la honestidad y la dignidad. El CI es un envolvente sistema de movimiento iniciado en 1972 por el coreógrafo americano Steve Paxton. Una danza improvisada que se basa en la comunicación entre dos cuerpos que están en contacto físico y combinan la relación con las leyes físicas que gobiernan el movimiento ¿ gravedad, impulso e inercia. La práctica del CI desarrolla aspectos como: la conciencia emocional, la empatía, la cooperación, el fluir, la ampliación de la percepción o la comunicación del individuo en relación con el entorno. La investigación se inicia con la siguiente hipótesis: El CI es una práctica artística que deriva principalmente de la danza contemporánea, y que comparte antecedentes, contenidos y objetivos comunes al happening. Ésta actividad posee unas cualidades con un potencial educativo significativo para el desarrollo de competencias que contribuyan al crecimiento emocional del individuo. Como antecedentes artísticos al CI, encontramos influencias claras por parte del happening, el concepto de arte-vida y la danza de Ann Halprin y Simone Forti, basada en los movimientos cotidianos; el aikido, la gimnasia, la filosofía zen, la improvisación, la tensión urbana de Nueva York, la gravedad, el peso y la experimentación. El CI implica y aporta en el desarrollo del individuo: Autoconocimiento, búsqueda, investigación, exploración, comunicación, juego, escucha, relación, organicidad, ruptura de jerarquías, cooperación, ruptura con la tiranía de no tocar, aceptación, entendimiento del entorno y el espacio, toma del compañero como un apoyo, libertad, presente, integración, ampliación de la percepción y cambio de perspectiva, conciencia individual y grupal, desarrollo psicomotriz, aprendizaje, cambio de rol, atención y cuidado del compañero, confianza en el otro y en uno mismo, respeto, concentración, improvisación, Proactividad, creatividad, receptividad, diversidad, interdisciplinariedad, disfrute, placer, empatía, desarrollo emocional, integración generacional, autoestima, aceptación y honestidad con uno mismo y con los demás, amor y afecto, generosidad, experimentación, desarrollo sensorial, respuesta y propuesta, solidaridad, desinhibición, autonomía, asertividad, diálogo, desarrollo de la capacidad para transformar lo que recibes mediante el contacto, refuerzo del autoconcepto, responsabilidad, disolución del ego, refuerzo del grupo, tolerancia, meditación, crecimiento personal, autoconfianza, fluir, tiene un componente terapéutico, es rizomático e infinito, da la sensación de volar, lleva implícito el concepto de arte-vida y el ayudarte de los obstáculos que te encuentras, arriesgar y perder el miedo, favorece el colectivismo y la convivencia, el espacio de relación que se establece es muy cercano y a la vez también te enseña a dejar espacio al otro y elimina el juicio. Con todo esto, podemos afirmar que el CI contiene aspectos claramente favorables al desarrollo emocional y social del individuo. Se consideraría un acierto el hecho de introducirlo a nivel educativo.