La perversión del lenguaje femenino en relatos de Ana María Shua y Silvina Ocampo
- MURCIA MARTINEZ, MARIA CARMEN
- Evangelina Soltero Sánchez Directora
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 27 de enero de 2016
- Esperanza López Parada Presidenta
- Paloma Jiménez del Campo Secretaria
- Matías Barchino Pérez Vocal
- Bernat Castany Prado Vocal
- Jaime J. Martínez Martín Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La perversión del lenguaje femenino en los relatos de Ana María Shua y Silvina Ocampo de Carmen Murcia Martínez trata en su primera parte cómo las mujeres han arrebatado el lenguaje literario a los hombres partiendo de la definición de perversión, es decir, tomando la literatura masculina como canon desde la cultura patriarcal como norma; mientras que la perversión de la misma sería la literatura femenina que se aleja de dicha norma. Por consiguiente, las primeras escritoras parten de estos modelos masculinos, los cuales pervierten y manipulan para crear un lenguaje literario propio; de ahí, se puede decir que las mujeres pasan de musas, de inspirar la literatura, a generar la misma. En la segunda parte de la tesis, parto de que una de las causas de esta evolución es el cambio de mentalidad sufrido por las mujeres durante el siglo XIX y XX, que las ha llevado a usurpar el lenguaje literario en busca de una voz propia y consolidarlo, gracias a esta manipulación textual que se realiza desde dos campos, de ahí, la ejemplificación con dos autoras hispanoamericanas: El primer campo estudiado se centra en la perversión de la fuentes literarias y su consecutiva manipulación, centrándome sobre todo en las fuentes orales: los cuentos de hadas, la tradición árabe (Las mil y una noche), la tradición homérica y la judeocristiana. Ana María Shua gracias al microcuento y desde estos consabidos modelos tradicionales que forman parte del bagaje cultural y de las primeras lecturas occidentales, realiza revisiones de los cuentos de hadas con final feliz más famosos como sucede por ejemplo con la adaptación de los papeles femeninos más conocidos por todos los lectores que no son otros que La Cenicienta, Blancanieves y los siete enanitos y La bella durmiente del bosque. La autora argentina reinterpreta en clave de humor las singularidades de estos cuentos por lo cual, juega con ¿el zapato de cristal¿ de Cenicienta, con el fetichismo simbólico de un ¿príncipe azul¿ más interesado por el zapato que por la mujer que lo ha perdido o con las hermanastras que se han operado el pie pues han leído el famosos cuento de hadas y buscan su final feliz. Más interesante resulta Blancanieves cuyas versiones han supuesto la dulcificación constante del cuento desde que apareciera recogido por los hermanos Grimm en el siglo XIX. Además, hay que añadir que la intromisión de Disney en 1937 cambia el relato en la imagen colectiva de la sociedad, por lo que todos los textos del siglo XX parten de esta revisión. Hay que destacar que esto no sucede sólo con Blancanieves ya que una constante del siglo XX ha sido precisamente la eliminación de todo elemento cruel persistente en la tradición oral y que el XXI está recuperando desde el cine. Sin embargo, para Shua el juego con el ¿príncipe azul¿ divorciado de Cenicienta y casado con Blancanieves es una de las originalidades de sus versiones con finales felices. En cuanto a otras revisiones, habría que destacar que se centran en la desmitificación de los héroes y la exaltación de los villanos, convirtiendo a los héroes míticos en seres vulgares capaces de las máximas crueldades, al igual que sucede con la depresión de dios o el demonio o los goles fallidos. Atendiendo a la segunda forma de perversión, desde la crueldad causada desde la perversión de las técnicas narrativas; me he centrado en el estudio de la crueldad de los narradores, sobre todo femeninos e infantiles, en determinados cuentos de otra narradora argentina perteneciente al grupo Borges, Silvina Ocampo que provoca un impacto en el lector a través de la manipulación de los más inocentes y su punto de vista, desde los niños. Llama la atención el impacto que tienen en el lector precisamente por pervertir los valores morales y éticos de nuestra sociedad alcanzando la consolidación plena de la perversión del canon masculino y la interiorización del lenguaje literario propio.