Las parodias dramáticas de Don Juan Tenorio en el siglo XIX

  1. NOH KANG, SOOK-HWA
Dirigida por:
  1. Ángela Ena Bordonada Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 22 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Isabel Visedo Orden Presidenta
  2. María del Mar Mañas Martínez Secretaria
  3. Miguel Ángel Lozano Marco Vocal
  4. Ana María Padilla Mangas Vocal
  5. Francisco Javier Díez de Revenga Torres Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Esta tesis doctoral recorre y analiza todas las hasta ahora consideradas parodias dramáticas del Don Juan Tenorio de Zorrilla publicadas durante el siglo XIX. Separa las que claramente merecen este calificativo y las que se han colado en las listas de estudiosos de renombre por el simple hecho de contar con un título engañoso o por la aparición de algún o algunos versos. Aunque todas utilizan fragmentos de texto que se suponen que son de todos conocidos, que forman parte de una especie de patrimonio común, sin duda la escena del sofá es la más apreciada y cuidada. En la tesis se compara escena a escena y verso a verso cada parodia con la original, revelando así con claridad el texto subyacente. Ninguna de las parodias tiene pretensiones en cuanto al compromiso con temas más o menos espinosos, como el pecado, la muerte, la contrición,¿ ni siquiera con la igualdad de género, como podría pensarse de Doña Juana Tenorio, por su título, o de La herencia de Tenorio, por estar escrita por una mujer. El estudio de las obras incluye una breve biografía del autor, referencias en prensa y crítica del momento y material gráfico que en muchos casos se puede considerar paródico en sí mismo. Las obras principales tratadas son las siguientes: - Juan el Perdío de Mariano Pina y Bohigas (1848). Parodia la primera parte del Tenorio. Las escenas que concentran la atención del parodista son las hazañas, la nueva apuesta, la carta y el sofá. - Juan el Perdío, segunda parte (1866) de Luis Mejías y Escassy. Continuación de Juan el perdío de Mariano Pina. - Don Juan Notorio (1874). Esta obra pornográfica es un valioso ejemplo de que existió una tradición licenciosa e incluso escatológica dentro del filón paródico del Don Juan Tenorio. - Doña Juana Tenorio de Rafael María Liern (1876). Parodia sobre todo la escena de las apuestas. Es un intento de feminizar el donjuanismo aunque desde una óptica claramente masculina y nada comprometida. - El Novio de Doña Inés de Javier de Burgos (1884). Parodia las profanaciones que sobre el Tenorio se ejercen desde los teatros españoles año tras año. Obtuvo gran apoyo del público. - Juanito Tenorio de Salvador María Granés (1886), el autor que más se especializó en parodias. En este juguete cómico los personajes organizan una reproducción paródica de la escena del cementerio con la intención de asustar a Juanito y curarlo de su idea de que es el auténtico Tenorio. - La Herencia de Tenorio de Adelaida Muñiz y Mas (1892). La autoría femenina hace disminuir las características conquistadoras de don Juan y aumentar la iniciativa de la parte femenina. Abundan los factores metateatrales. - Don Mateo Tenorio de Ángel de la Guardia (1895). Obra del género chico, de moda a finales del XIX. No se autodefine como política, pero así fue entendida en su tiempo. - Juaneca de Juan Tavarés (1896). De baja calidad. Ejemplifica un tipo de masculinidad centrado en la hazaña sexual (donjuanismo). En cuanto a las parodias parciales se han incluido los siguientes títulos: Un Tenorio Moderno, de José María Nogués; Tenorio y Mejía, de Leandro Torromé; La noche del Tenorio, de Felipe Pérez Capo. El Carnaval de Sevilla; Traidor, Inconfeso y Bufo; La Copa de Plata; Juan García; El Nudo Corredizo; Un Tenorio de Broma y su adaptación a zarzuela Llueven Tenorios o enredos de Carnaval (basado en el escarmiento que reciben dos hombres casados, uno de ellos disfrazado de Tenorio); El Nuevo Tenorio, de Joaquín Mª Bartrina y Rosendo Arús (que pretende ser una segunda parte del Don Juan Tenorio, y no una parodia); ¡Doña Inés Del Alma Mía!; Dolores... de Cabeza o El Colegial Atrevido; ¡Simón Es Un Lila!; El Audaz don Juan Tenorio, de Antonio Careta (que pretende esclarecer lo que Zorrilla dejó sin aclarar) y Tenorio en Nápoles (precuela de la vida anterior a la narrada en la obra de Zorrilla).