El lenguaje de la piedra y su pervivencia en la escultura actual

  1. OLANO SANS, ANA MARIA
Dirigida por:
  1. José Luis Gutiérrez Muñoz Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 22 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Elena Blanch González Presidenta
  2. M. Teresa Guerrero Serrano Secretaria
  3. Ana Esther Balboa González Vocal
  4. Marta Linaza Iglesias Vocal
  5. Eva Santos Sánchez-Guzmán Vocal
Departamento:
  1. Escultura y Formación Artística

Tipo: Tesis

Teseo: 123202 DIALNET

Resumen

La piedra ha sobrevivido al paso del tiempo, aparece en todas las manifestaciones artísticas y culturales como un material irreemplazable en la representación tridimensional. Fue el primer aliado que tuvo el ser humano en su confrontación con el medio natural, dejando una profunda huella en nuestra memoria cultural y genética. Artistas de antes y de hoy continúan aprovechando sus propiedades físicas y simbólicas, de modo que su valor no ha llegado a disolverse del todo en la multidireccionalidad de la escultura actual y continúa siendo un material potencialmente significante. En esta investigación trataremos de desentrañar la dialéctica que tiene en el presente, cuál ha sido su evolución y qué mecanismos ratifican su validez. Analizando casos particulares y periodos generales de la historia para determinar unas constantes y unas variables. Nuestro estudio se inicia en un periodo anterior a la historia, recorriendo en el transcurso de casi 3.000 años los principales movimientos e hitos que han abonado la escultura del siglo XX y consiguientemente el devenir del siglo XXI, examinando la obra de diferentes artistas que cotidianamente se han relacionado con la piedra. Comenzamos cuando el arte surge como una necesidad de expresión del hombre, con un sentido antropomorfo, mágico y espiritual, organizándose la presencia humana sobre la tierra alrededor del trabajo en piedra. Algunos hallazgos estéticos de estos primeros tiempos marcarán el desarrollo de civilizaciones posteriores: el primer canon del cuerpo humano y un criterio nuevo para la organización del espacio. En Grecia y Roma el hombre pasa a ser el eje central del pensamiento y del universo, postura que se mantendrá durante centurias hasta llegar al siglo XX, donde Rodin introduce métodos novedosos que marcarán la alternativa. Comenzamos la segunda parte de nuestra investigación en el París de 1900, donde un grupo internacional de abanderados de la modernidad rompe con los preceptos de épocas pasadas, formulando una nueva escultura con técnicas que facilitan la abstracción de la forma y la activación del espacio, entre ellas la talla directa. En la búsqueda y aprehensión de un arte más veraz se descarta el modelado académico y expresivo de Rodin. En España se establecerán dos corrientes renovadoras: Cataluña y Castilla, además un grupo de españoles representarán la alternativa más vanguardista en París. En los años cuarenta el arte oficial español evoluciona hacia formas académicas amaneradas, por ello, analizamos este periodo en la obra de escultores que marcaron tendencia fuera de nuestras fronteras. Brancusi encuentra como Bárbara Hepworth en las figuras ovoides el principio de la vida, renovando la forma sin renunciar al volumen y a la masa. Jean Arp ideará la escultura biomórfica como Moore convertía sus huesos y rocas en esculturas, mientras Isamu Noguchi será el principal creador de espacios públicos. Todos ellos renuevan el compromiso con la talla directa en piedra. Continuamos con artistas de postguerra en Centroeuropa y España, que encuentran en la piedra el material idóneo para sus trabajos dando protagonismo a la capacidad poética y expresiva del material y a la consideración del espacio. El Land Art que surge entonces, congrega numerosas obras desarrolladas en piedra estrechamente relacionadas con las de los primeros escultores de la humanidad proponiendo una mirada crítica entre lo que somos y lo que fuimos. En la última parte definimos unas líneas de trabajo actuales con las que justificar la pervivencia de la escultura en piedra hoy. Nuestra conclusión es que el siglo XXI supera viejos complejos que sobre la escultura se plantearon en el XIX y XX, presentándose como un auténtico laboratorio para el ensayo de nuevas creaciones. Hoy los escultores están liberados de los antiguos prejuicios de Baudelaire y de otros como el pedestar, el antropomorfismo, la utilización de materiales nobles o el concepto espacial que preocupó a artistas y críticos del siglo XX.