Implicaciones pronósticas de la sintomatología afectiva en pacientes del espectro esquizofrénico

Abstract

Introducción: La sintomatología afectiva se presenta con una alta frecuencia en pacientes diagnosticados de Esquizofrenia. Aunque la depresión en estos pacientes se ha relacionado con un mayor índice de recaídas, mayor deterioro a nivel psicosocial y menor adherencia al tratamiento, no dejan de existir evidencias contradictorias al respecto. Se trató por tanto de clarificar las implicaciones pronósticas de la sintomatología afectiva, añadida a los pacientes del espectro esquizofrénico, de manera general o específica (según el predominio de sintomatología depresiva o maniforme y en relación a la aparición de nuevas recaídas psicóticas, entre otros indicadores pronósticos. Se estudió, además, la utilidad de la escala pronóstica, Strauss-Carpenter Scale (SCS), en cuanto a su específica asociación con los indicadores pronósticos referidos. Metodología: Se llevó a cabo un estudio de cohortes observacional y ambispectivo, en pacientes ingresados en una UHB de Psiquiatría. Se realizó una primera evaluación de los pacientes ingresados, y sucesivas evaluaciones a los 6 y 12 meses. Se subdividió la muestra obtenida en dos grupos: aquellos que no presentaran sintomatología afectiva añadida y los que sí. Este último grupo se subdividió según la sintomatología afectiva fuese de predominio depresivo o bien maniforme. Se reclutaron 150 pacientes de forma consecutiva y a lo largo de un año. Según los resultados obtenidos se llegaron a las siguientes conclusiones: Los pacientes del espectro esquizofrénico donde se añadió sintomatología afectiva, presentaron un peor pronóstico en cuanto a su asociación con un mayor porcentaje de recaídas psicóticas y reingresos, al año de seguimiento y con una peor repuesta al tratamiento tras. Al especificar el tipo de sintomatología afectiva añadida, depresiva o maniforme, no se pudieron evidenciar diferencias significativas entre ambos subgrupos. La SCS demostró ser útil en la predicción de las variables pronóstico propuestas, incluso de una forma precoz, a los 6 meses de seguimiento.