No tengo nada que verel testigo y el testimonio en las elaboraciones artísticas que tratan de la guerra (en el período 1961-2011)
- Josu Larrañaga Altuna Director
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 25 de enero de 2016
- Aurora Fernández Polanco Presidenta
- Laura de la Colina Tejeda Secretaria
- Simeón Saiz Ruiz Vocal
- Fernando Broncano Vocal
- Ana García Varas Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
A través de la figura del testigo, y más concretamente la del testigo de guerra, esta tesis se ocupa de cómo las elaboraciones artísticas se acercan al acontecimiento bélico. En consecuencia, el objetivo es obtener hallazgos sobre la condición de la mirada a comienzos del siglo XXI y su relación con las prácticas artísticas. Dos circunstancias enmarcan esta tesis: la primera consiste en que el testimonio es un fragmento; y la segunda, que éste es una traducción a un determinado lenguaje, donde las propuestas artísticas no sólo se presentan como un ejercicio documental, sino que impulsan la puesta en marcha de otras posibles lecturas. La tesis se desarrolla a partir de casos acompañantes, seleccionados por el carácter testimonial de las estrategias usadas por los artistas. Los precedentes, propuestos como punto de partida temporal de la investigación, abarcan el largo período contenido entre la guerra de Crimea, en 1853, y el fin de la Segunda Guerra Mundial. A partir de ellos se realiza un desarrollo teórico en dos partes: la primera analiza las tipologías, las condiciones y usos del papel del testigo, dando lugar a distintas posiciones del artista respecto a la guerra; y la segunda está dedicada al proceso de elaboración de los testimonios, analizándose el paso de la experiencia de la guerra a su trascripción en imágenes. La tesis finaliza con un análisis de dos períodos temporales contiguos, con la pretensión de comparar las elaboraciones artísticas que tratan de la guerra a finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Con este motivo, se ha seleccionado el período de cincuenta años comprendido entre 1961 y 2011. Esta investigación se propone, a través de los cambios en la figura del testigo de guerra, de su mirada y de su relato, como una posible vía para atender y entender algunos atisbos del arte contemporáneo.