Tipología de drogodependientes en una comunidad terapéutica especializadavariables clínicas relevantes para la evaluación del tratamiento

Resumen

Existe un creciente interés en la investigación de cara a establecer tipologías en drogodependientes aunque no existen apenas estudios que evalúen la respuesta diferencial de los mismos al tratamiento. Profundizar en este tema podría ser de gran valor de cara a optimizar los abordajes o intervenciones que se vienen realizando en este campo. Se busca replicar estos estudios sobre tipologías en consumidores de sustancias, así como analizar su respuesta al tratamiento en la población que accede a una comunidad terapéutica modificada de carácter público que pertenece a la Consejería de Sanidad y Asuntos sociales, y que se encuentra integrada en la Red asistencial de Salud Mental y Drogodependencias de Castilla La Mancha. Se presenta un estudio cuasi-experimental y longitudinal donde la muestra estaba formada por 100 participantes donde mediante un análisis de conglomerados en relación a variables sociodemográficas, de consumo y gravedad de la adicción se obtienen dos perfiles de consumidores. Se realizan mediciones pre-post (seis meses) de las variables de consumo, motivacionales, psicológicas para analizar ambos grupos y evaluar la respuesta diferencial al tratamiento mediante un análisis (ANCOVA) de 2 factores con medidas repetidas en un factor y calculando posteriormente el tamaño del efecto de las diferencias. Los resultados muestran dos perfiles diferenciados de consumidores, denominados Tipo I y Tipo II, encontrándose diferencias significativas en la respuesta al tratamiento en casi todas las variables medidas, con un mayor tamaño de efecto para el Tipo II con respecto al Tipo I. El Tipo I predominantemente alcohólico con un inicio más precoz y el Tipo II con dependencia mixta, un consumidor menos precoz aunque más condicionado a nivel situacional. Ambos tipos presentan diferencias en las áreas de gravedad de adicción y variables de consumo, así como en el uso de ciertos procesos de cambio, sin diferencias en del resto de variables motivacionales y psicológicas al inicio del tratamiento. Tras seis meses ambos perfiles evolucionan positivamente, lográndose una mejoría general tanto en las variables de consumo, como las relativas a la motivación y sintomatología clínica. El Tipo II o policonsumidor parece beneficiarse más ampliamente de los abordajes ofrecidos en la comunidad terapéutica que el Tipo I, que pueda requerir una intervención más individualizada o adaptada a sus características. Se señala la importancia de atender a las tipologías, así como a la temporalidad del programa y abordaje realizado de cara a alcanzar resultados óptimos, así como la replicación y generalización de los mismos con muestras tipo control y/o clínicas en estudios posteriores.