Estudio longitudinal-descriptivo de la matutinidad-vespertinidad en adolescenteslos factores biológicos y psicosociales
- COLLADO MATEO, MARIA JOSE
- Juan Francisco Díaz Morales Director
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 27 de noviembre de 2015
- Violeta Cardenal Hernáez Presidenta
- Marta Evelia Aparicio García Secretaria
- José Carmelo Adsuar Sala Vocal
- Margarita Gozalo Delgado Vocal
- Alejo García-Naveira Vaamonde Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La adolescencia se caracteriza por importantes cambios biológicos y psicosociales, entre ellos, una creciente tendencia hacia la vespertinidad. Una mayor vespertinidad se ha asociado tanto al aumento del desarrollo puberal como al aumento del contacto con los pares, la autonomía y los hábitos cotidianos y de sueño. El primer objetivo de esta tesis fue conocer las diferencias según edad y sexo en M-V, en desarrollo puberal y en los factores psicosociales. El segundo objetivo fue conocer los cambios en M-V de la primera a la segunda medida. Por último, el tercer objetivo fue conocer cómo el cronotipo, los factores biológicos y los factores psicosociales modulaban el cambio en la matutinidad-vespertinidad (M-V) mediante un diseño longitudinal-descriptivo. Cuatrocientos setenta y un adolescentes (249 chicas) entre 12 y 16 años participaron en los dos momentos de evaluación (M1 y M2, respectivamente), con un intervalo entre medidas de aproximadamente un año. Se utilizó la Escala de Matutinidad-Vespertinidad para Niños, la Escala de Desarrollo Puberal, la School Sleep Habits Survey y una escala creada para recoger la autonomía y el tiempo dedicado a los hábitos cotidianos. Los resultados indicaron que los adolescentes de 15 años en M1 y los de 16 en M2 tuvieron una mayor vespertinidad que los de 12 y 13 respectivamente. Los de 15-17 años tenían una mayor autonomía sobre sus hábitos cotidianos y de sueño y dedicaban menos tiempo a estar con la familia y más a estar con el ordenador que los más jóvenes (12-13 años). Además, sus hábitos de sueño eran más tardíos y consumían cafeína con más frecuencia. Las chicas tuvieron un mayor desarrollo puberal, mayor autonomía sobre hacer deberes y estudiar y menor sobre estar con los amigos. Además, ellas dedicaban más tiempo a la semana que los chicos a hacer deberes y estudiar y a las obligaciones familiares y menos a estar con los amigos, realizar actividad física y ver televisión. La matutinidad disminuyó de M1 a M2. De la misma forma aumentó la autonomía sobre sobre realizar actividad física y se adelantó la hora de levantarse entre semana. Atendiendo al cronotipo, la vespertinidad aumentó en los adolescentes matutinos y disminuyó en los vespertinos. Los adolescentes con mayor autonomía sobre estar con el ordenador, que dedicaban mucho tiempo a la semana a estar con los amigos o a ver televisión y los que consumían cafeína cambiaron en mayor medida hacia la vespertinidad. En los matutinos el tiempo dedicado a estar con los amigos destacó como modulador del cambio hacia la vespertinidad, mientras que en los vespertinos modularon el cambio hacia una mayor matutinidad la autonomía sobre estar con el ordenador y el consumo de cafeína. Por último, la autonomía sobre estar con los amigos, ver televisión y estar con el ordenador, así como dedicar mucho tiempo a estar con los amigos, tener unos hábitos de sueño tardíos, un jet lag social alto y consumir cafeína se asociaban a una mayor vespertinidad tanto en los adolescentes matutinos como en los vespertinos. El estudio longitudinal del cambio en la M-V durante la adolescencia mostró que éste estaba modulado por el cronotipo y algunos factores psicosociales, mientras que otros factores comúnmente asociados a una mayor vespertinidad en los estudios transversales como el desarrollo puberal o los hábitos de sueño no mostraron un efecto modulador.