Figuras del mal en el cine postclásico de Hollywood

  1. SOTELO HERRERA, NOE
Supervised by:
  1. Jesús González Requena Director

Defence university: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 26 January 2016

Committee:
  1. Amaya Ortiz de Zárate Aguirrebeña Chair
  2. Basilio Casanova Varela Secretary
  3. Juan José Burguera Rozado Committee member
  4. Lorenzo Javier Torres Hortelano Committee member
  5. Juana Rubio Romero Committee member
Department:
  1. Teorías y Análisis de la Comunicación

Type: Thesis

Abstract

FIGURAS DEL MAL EN EL CINE POSTCLÁSICO DE HOLLYWOOD RESUMEN Palabras clave: cine, mal, figuras del mal, cine postclásico, desimbolización del relato, cultura, violencia, modos de representación cinematográfica, Blue Velver, Se7en, The Dark Knight, siniestro, villanos Desde la génesis de la industria cinematográfica de Hollywood, las figuras del mal han tenido un papel fundamental en las estructuras narrativas de los relatos: los villanos han sido protagonistas de las historias fílmicas tanto como los héroes. Sin embargo, la forma de representar a estos entes malignos y sus funciones en las películas han cambiando con el paso del tiempo. Ésta es una de las más notables transformaciones del cine hollywoodense: actualmente los villanos de las películas despiertan fascinación entre los espectadores y esta situación lleva a plantearse: ¿de dónde proviene dicha fascinación? ¿Cuáles son los mecanismos narrativos que se emplean para encumbrar a las figuras del mal en detrimento del héroe? Para responder a estas preguntas, se realizó el análisis textual de tres películas representativas del cine postclásico de Hollywood: Blue Velvet, de David Lynch; Se7en, dirigida por David Fincher; y The Dark Knight, obra de Christopher Nolan. Se partió de las siguientes hipótesis: en el cine postclásico de Hollywood existe una desimbolización del relato, ocasionada por el uso reiterativo de una estructura narrativa que invierte de manera siniestra las formas del texto cinematográfico clásico, colocando de esta manera a las figuras del mal en el lugar que anteriormente ocuparon el héroe y los representantes de la Ley. A través de esta desimbolización, los relatos del cine postclásico apelan a un oscuro sentimiento del espectador: sus ganas de dar rienda suelta a las pulsiones para escapar de eso que Sigmund Freud denominó como el malestar en la cultura. Antes de analizar la muestra, fue necesario buscar el sustento teórico del estudio en diversas disciplinas como la antropología, la filosofía, la psicología y la Teoría del Texto. De esta manera, durante la primera parte de la investigación se realizó una lectura detallada de la teoría del antropólogo francés René Girard sobre la génesis del aparato cultural y su relación con la violencia. Posteriormente, se profundizó en la noción de cultura a partir de la obra de Sigmund Freud. Una vez establecido el sustento teórico, era necesario conocer la forma en que las diferentes sociedades han representado a las figuras del mal en los relatos. Para ello, se recurrió al filósofo francés Bernard Sichère, cuya obra Historias del mal, permitió establecer que cada época tiene sus propios protocolos para enfrentar y exorcizar lo que él designa como el enigma del mal. Después, gracias a la propuesta teórica de Jesús González Requena se pudo establecer que la industria cinematográfica norteamericana se ha desarrollado bajo tres modos de relato: clásico, manierista y postclásico. A cada uno de ellos le corresponde una forma diferente de representar las figuras del mal. La segunda parte de la investigación se destinó al análisis textual de los filmes seleccionados, siguiendo la propuesta metodológica de González Requena, se constató que en el cine postclásico de Hollywood existe una inversión siniestra de la estructura narrativa del texto cinematográfico clásico. Las figuras del mal ocupan ahora el papel que anteriormente le perteneció al Destinador simbólico de la narración, situación que deriva en una desimbolización de los relatos: la Ley se desmorona y sólo queda la potencia del mal. Por lo tanto, gracias a esta inversión, o deconstrucción si se prefiere, los filmes consiguen atrapar a un espectador que es fascinado por las figuras del mal, quienes instalados en el papel de Destinador siniestro, encomiendan tareas perversas que tienen una clara finalidad: detonar el orden cultural.