Carisma y mímesisensayo de antropología política desde Roger Caillois

  1. Petel Rochette, Nicolas
Dirigida por:
  1. José Luis Villacañas Berlanga Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 28 de septiembre de 2016

Tribunal:
  1. Antonio Rivera García Presidente
  2. Julián Santos Guerrero Secretario
  3. Constanza Nieto Yusta Vocal
  4. Roberto Rodríguez Aramayo Vocal
  5. Antonio De Murcia Conesa Vocal
Departamento:
  1. Filosofía y Sociedad

Tipo: Tesis

Resumen

Esta tesis doctoral trata de ahondar la relación entre las nociones de carisma y mímesis en la obra del filósofo francés Roger Caillois. Inscribiendo su obra en continuidad con la de Marcel Mauss, vemos en Caillois una peculiar etnología de la división epistemológica del pensamiento occidental. En este sentido, sta investigación, de composición ensayística, interpreta el conjunto de la obra de éste como una crítica antropológica, en tanto que mueve las coordenadas de aparición del ámbito humano, de algunos de los fundamentos de la mitología política de nuestros tiempos. Poniendo en perspectiva la economía del poder que acompañó la generalización de la guerra como último tiempo sagrado de las sociedades occidentales, las teorías de Roger Caillois descentraron los grandes actores de la religión política mesiánica de la Modernidad: el amigo y el enemigo político como singularidades existenciales. La destrucción de la multiplicidad e inabarcabilidad de los fenómenos sagrados al paso de la especialización de las ciencias, a la vez que evacuó posibles lógicas del sentido autónomas de la racionalidad técnico-capitalista, confortó un tipo de autoridad al compás de aquel ritmo escatológico del mesianismo progresista: el poder carismático. Alejándose después de la Segunda Guerra Mundial de la retórica guerrera de sus años de juventud, Caillois pensaría la representación como mímesis y no como metaforización, en ruptura con el régimen estético carismático ¿ la identificación y el reconocimiento ¿ y uno de los pilares de su antropología política ¿ la lucha a muerte entre el amo y el esclavo. Ambas habrían propiciado la teología política como salida privilegiada a la crisis del proyecto ilustrado. Negándose a articular un dualismo entre naturaleza y cultura para pensar el advenimiento de un mundo post-revolucionario, Caillois buscó más bien un principio de unidad capaz de vencer la imposición de la soberanía humana frente a la naturaleza, palpable en la doctrina del arte puro o en la extensión del género literario fantástico. Cuestionando las bazas de esta autonomía moderna humana frente al mundo, Caillois permitiría interpretar su aislamiento de la naturaleza como corolario de su cada vez más general enajenación de toda vida sagrada distinta de la identificación con un absoluto (llamémoslo el dios, el soberano, el amo o simplemente una autoridad trascendental). La conformación del individualismo moderno, entonces, habría propiciado la generalización del carisma como autoridad y como estética. Ahora bien, Caillois rompería definitivamente con la autoridad carismática moderna negando el monopolio humano de provocar lo bello. En efecto, la belleza, en el régimen estético carismático, esconde el concepto de su finalidad en la proporcionalidad identificada por el juicio; es decir que la belleza es reconocida según una armonía formal que responde al finalismo moral implícito en la imitación del modelo soberano jerárquico. Liberarse de los ritmos escatológicos de la identificación y de la fiesta guerrera moderna significaría destruir la ley de proporciones que impuso una belleza fundamentalmente moralizada por el ideal imitativo reducido del carisma. Años después, Caillois venía a liberar la naturaleza de sus cadenas teleológicas y de su metaforización por parte de la religión política, consiguiendo dar la espalda al fascismo a través de la subversión de los mecanismos de producción de la belleza. La apertura de la noción de mímesis, llevada hasta dimensiones generales en toda la naturaleza, haciendo de la estética el terreno de la subjetivación, y su consecuente transformación de la economía y operatividad del carisma, nos llevarán a considerar la filosofía de Roger Caillois como lo que llamamos una crítica antropológica de los marcos impuestos a la política en la Modernidad.