Análisis de las vías de drenaje de la macrotrabeculectomía mediante biomicroscopía ultrasónica
- Julián García Feijoo Director
- Julián García Sánchez Director
- David Díaz Valle Director
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 16 de diciembre de 2015
- José Manuel Benítez del Castillo Sánchez Presidente
- José M. Martínez de la Casa Secretario
- J.L. Urcelay Segura Vocal
- Nicolás Toledano Fernández Vocal
- José Luis Encinas Martín Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El glaucoma es la quinta patología ocular más prevalente y es la causa del 12,5 por ciento de los pacientes con ceguera legal en España. De todos los factores de riesgo relacionados con el riesgo de desarrollar glaucoma, la presión intraocular (PIO) es el más importante sobre el que podemos actuar. La trabeculectomía es el método más ampliamente aceptado como tratamiento quirúrgico de elección en el glaucoma primario de ángulo abierto. Desde que fue introducida por Cairns en 1968, sufrió numerosas modificaciones, entre ellas la macrotrabeculectomía, propuesta por el Dr. García Sánchez, con la idea de facilitar al máximo los principales mecanismos hipotensores de la trabeculectomía, manteniendo su seguridad. La hipótesis de esta tesis es que la acción hipotensora de la macrotrabeculectomía es debida preferentemente al paso del humor acuoso hacia el espacio supracoroideo y/o hacia el espacio subconjuntival. La biomicroscopía ultrasónica (BMU) es una técnica ecográfica de alta resolución. Evaluamos mediante BMU los cambios morfológicos que se producen en el segmento anterior del ojo, durante el primer año de seguimiento, de 50 pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto, que son intervenidos quirúrgicamente mediante macrotrabeculectomía. Analizamos la influencia de estos cambios sobre el efecto hipotensor. También evaluamos la seguridad de la técnica y sus posibles complicaciones. Observamos que, al año de la cirugía, el 95,2 por ciento de los pacientes tenían una PIO ¿ 20 mmHg (4 ojos con tratamiento tópico hipotensor). Al mes de la cirugía, los pacientes con vía posterior detectable son el 50 por ciento, y con vía anterior el 62%. Al cabo del año, hemos sido capaces de identificar una vía de filtración posterior o supracoroidea en el 28,2 por ciento (13/46) de los pacientes, una vía de filtración anterior o subconjuntival en un 52,2 por ciento (24/46) , y no es posible identificar ninguna vía en el 19,5 por ciento (9/46). En los pacientes que presentan la vía posterior, la presión intraocular es mas baja en todos los controles postoperatorios que la de los pacientes con vía anterior. En nuestro estudio no observamos ninguna complicación asociada a la presencia de la vía posterior.