La institucionalidad electoral en México y la construcción de la confianzauna reflexión desde la gobernanza

  1. BARRERA FORTOUL, HEBERTO
Dirigida por:
  1. Aldo Muñoz Armenta Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 02 de junio de 2017

Tribunal:
  1. Javier del Rey Morató Presidente
  2. Ángel L. Rubio Moraga Secretario
  3. Gabriela Barrera de la Cruz Vocal
  4. Ana Collado Jiménez Vocal
  5. Fernando Vallespín Oña Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Palabras Clave México / Elecciones / Gobernanza / Confianza / Partidos / Instituciones Electorales El propósito de esta investigación es analizar cuáles son los elementos institucionales que permitieron que el órgano electoral mexicano, el Instituto Federal Electoral (IFE), constituido en 1989, alcanzara un elevado nivel de confianza por parte de los ciudadanos y los partidos políticos, en lo relativo a la organización y desarrollo de los comicios federales, realizados cada tres años. La hipótesis señala que fueron tres elementos los que hicieron posible la conformación de un órgano electoral en México que generó desde sus inicios, con altos niveles de confianza: el primero es que se su órgano directivo se dividió en dos instancias. La primera formada por un Consejo General en el cual llevaron la batuta consejeros ciudadanos, es decir, personas ajenas a los partidos (aunque elegidos por las dos tercios de los 500 diputados); este consejo, también compuesto por representantes de los partidos (con voz, pero sin voto), asumió tareas ejecutivas bajo un esquema de discusión colegiada y votación por mayoría. La segunda instancia directiva, compuesta por una Junta General Ejecutiva, asumió tareas operativas relacionadas con la organización de los comicios, pero lo más importante es que su personal sería reclutado y ascendido a través de un sistema de servicio civil de carrera. El segundo, se puede considerar como clave para la construcción de un órgano electoral con altos niveles de confianza, fue que la estructura territorial del IFE se desplegó a través de 32 Juntas Locales y 300 Juntas Distritales, que se conformaron por personal del servicio profesional electoral, reclutadas y ascendidas bajo criterios meritocráticos, así como por un consejo de ciudadanos ajenos a los partidos. El tercer elemento que favoreció los altos niveles de confianza es que el proceso final de la organización de las elecciones, recayó en funcionarios de casilla elegidos mediante un sistema de insaculación de ciudadanos, los cuales tienen un papel crucial porque son quienes reciben las boletas de votación e instalan las casillas. El análisis teórico de este proceso institucional, tiene dos ejes: uno a partir de la discusión sobre lo que es la gobernanza; el otro es confianza. El primer concepto, se define como un proceso mediante el cual los elementos de la sociedad ejercen poder, autoridad e influencia, con el fin de promulgar políticas y decisiones relativas a la vida pública y el desarrollo económico y social. En el caso del IFE, la ciudadanía trabaja coordinada en la organización de las elecciones y en el reporte de los resultados. Debe quedar claro que los ciudadanos integrados en las tareas electorales son reclutados por el órgano electoral, y ello no puede soslayarse, pues juegan un papel clave. En este sentido, confianza es tener expectativas cuando éstas están relacionadas con efectos positivos, pero además se parte de que ésta se basa en la experiencia de cooperación y socialización. En esta misma perspectiva, la confianza es el sustento fundamental de un capital interpersonal que permite a los individuos desempeñar mejor sus tareas dentro de las instituciones. Por lo tanto, si la confianza genera un beneficio personal, contribuye al fortalecimiento de las instituciones. En el caso del IFE, no hay muchas dudas que la inclusión de ciudadanos en todo el proceso organizativo de las elecciones favorece las expectativas de los votantes con respecto a los resultados; se puede afirmar que estos ciudadanos conforman, como partícipes de las actividades del órgano electoral, una comunidad cívica que hace posible la construcción de capital social. Esta institucionalidad, empero no ha sido suficiente para evitar la intromisión de grupos de interés para trastocar la legalidad y la equidad de las contiendas.