Repercusión cardiovascular del tratamiento con metilfenidato a largo plazoestudio de función diastólica como signo precoz de afectación hemodinámica
- J. T. Ramos Amador Director
- Esther Aleo Luján Directora
Universitat de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 28 de de juny de 2018
- Jesús Ruiz Contreras President
- Teresa de Santos Moreno Secretària
- Alvaro Aceña Navarro Vocal
- Enrique Criado Vega Vocal
- A. Fontenla Cerezuela Vocal
Tipus: Tesi
Resum
Introducción: El metilfenidato (MTF) y la lisdexanfetamina (LDX) son agentes simpaticomiméticos cuya influencia sobre la FC y TA debe ser considerada una característica intrínseca a su actividad farmacológica. El aumento de la TA puede modificar de forma progresiva la geometría del ventrículo izquierdo y alterar sus propiedades funcionales. La disfunción diastólica es el tipo de daño cardiaco más documentado. Nuestro objetivo es valorar a medio plazo una posible repercusión del tratamiento con psicoestimulantes mediante estudio ecocardiográfico. Material y métodos: estudio prospectivo, longitudinal y comparativo tipo caso-caso en niños y adolescentes sanos diagnosticados de TDAH y tratados con psicoestimulantes. Se valora pre y postratamiento la TAS/TAD, la geometría ventricular, la función sistólica y diastólica, mediante un protocolo de seguimiento cardiovascular (Figura 1). Resultados: Incluimos 112 pacientes, completando el estudio 73. El 75,3% fueron varones, con una edad media de 9 +/- 2,6 años en el momento de la inclusión y con un índice de masa corporal de 18,27+/-3,75. El TDAH inatento (56%) fue el subtipo más frecuente y el 66% presentó alguna comorbilidad neuropsicológica. El MTF fue el psicoestimulante más utilizado (92%) y el de liberación osmótica sostenida (MTF OROS, Concerta®) la fórmula farmacéutica más frecuentemente prescrita (58%). No hubo diferencias entre la dosificación de ambos psicoestimulantes (MTF y LDX) con una dosis media de 0,9+/-0,17 mg/kg/dia. Objetivamos de forma independiente al tipo y la dosis de estimulante, un aumento de la TAS/TAD de hasta 3,7 +/- 9 mmHg y 2 +/-11,5 mmHg respectivamente, siendo significativa en el caso de la TAS (p 0,004). No tuvimos ningún evento cardiovascular grave y como era de esperar, no encontramos ningún cambio ecográfico desde el punto de vista estructural, ni variación en los parámetros de función sistólica estudiados tanto para el VD como VI (TAPSE, la FE y la FA, estables). Encontramos un aumento discreto, pero progresivo y significativo del tiempo de relajación isovolumétrica del VI (p 0,046) y del Tiempo de Desaceleración (p 0,016) sugerentes de alteración en la relajación del VI. No observamos variación en los parámetros relacionados con la distensibilidad del VI ni con las presiones diastólicas tempranas y ningún paciente cumplió criterios de disfunción diastólica (E/A > 1 y E/É < 8). Conclusiones: el incremento de TAS/TAD y las alteraciones de la relajación del VI objetivadas, podrían ser un indicador precoz de una posible disfunción diastólica y riesgo cardiovascular a largo plazo.