Cultura política y filosofía del Estado en Ortega y Gasset, (1905-1932)

  1. Cabrero Blasco, Enrique
unter der Leitung von:
  1. Javier Zamora Bonilla Doktorvater

Universität der Verteidigung: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 18 von Januar von 2016

Gericht:
  1. José Luis Villacañas Berlanga Präsident
  2. Jaime de Salas Ortueta Sekretär
  3. Jesús M. Díaz Álvarez Vocal
  4. José Lasaga Medina Vocal
  5. Béatrice Fonck Vocal
Fachbereiche:
  1. Historia, Teorías y Geografía Políticas

Art: Dissertation

Zusammenfassung

El concepto de cultura política fue adoptado por Gabriel Almond y Sidney Verba a mediados del siglo XX. Constataron que una cultura política es condicionante de la vida pública de una sociedad y la marcha de un sistema democrático, por lo que la definieron como un sistema de creencias, valores y normas que determinan una actitud social ante el hecho político. Este concepto de cultura política es trasladado, en esta tesis doctoral, a la filosofía política de Ortega, que, a pesar de ser previa al origen del término en las fechas mencionadas, lo define con la misma magnitud que Almond y Verba. Aun así, para el caso del filósofo madrileño, la cultura política todavía encuentra una explicación más completa. Por un lado, tenía atribuida un carácter de historicidad que recogía el impulso de la vida humana en unas coordenadas históricas concretas; por otro, consideraba la formación y la educación política del individuo y del profesional de la política el modo con el que tener una actitud crítica ante la vida pública, que sirviera a la sociedad para realizar un proyecto de vida en común. En consecuencia, Ortega se refiere a la nación que hay que hacer y al papel que ocupa el Estado en ese objetivo de convivencia. Los objetivos de esta tesis doctoral son los siguientes: 1. Exponer el escenario histórico en que Ortega desarrollará su filosofía política, y, en concreto, su teoría de la cultura política y la consecuente visión del funcionamiento del Estado, con las que ofrece una forma de repensar la política a través de la educación con objeto de democratizar el sistema de la Restauración. 2. Dar testimonio de los primeros estudios sobre la cultura política de mediados del siglo XX realizados por Gabriel Almond y Sidney Verba, a fin de constar que la teoría de la cultura política orteguiana ya poseía las mismas bases rigurosas que las de aquéllos. 3. Señalar el fundamento de la formación y la educación política en la teoría de la cultura política de Ortega. Se alude, por ello, a las pedagogías neokantiana, krausista y de la Institución Libre de Enseñanza. Y se refuerza el peso de la educación, para la mejora de la sociedad, como inversión en capital humano, concepto que, aunque adoptado por Theodore W. Schultz y Gary S. Becker, también a mediados del siglo XX, ya se encuentra incipiente en Ortega. 4. Indagar ciertos componentes que articulan e impulsan el buen funcionamiento de la vida pública según la teoría de la cultura política orteguiana, tales como la conciencia cívica, la ciudadanía y el poder espiritual. 5. Examinar la relevancia del concepto orteguiano de nación, de base nietzscheana y renaniana, en su teoría de la cultura política. 6. Analizar la idea de Estado y su práctica en la filosofía política orteguiana como en las dimensiones del liberalismo y la democracia. Los resultados obtenidos en esta tesis doctoral han proporcionado una red de conceptos que construyen la teoría de la cultura política de Ortega, como son los de educación política, capital humano, conciencia cívica, poder espiritual, nación, Estado, élites y democracia liberal. Con todo ello, las conclusiones ponen de manifiesto que la teoría de la cultura política de Ortega se configuró sobre un fundamento lógico que atendía a la situación de una realidad socio-política del tiempo en que vivió, aunque ciertamente no tuvo ocasión para verse realizada. Contó con gran parte de las infraestructuras necesarias. Incluso, dispuso de una fuerza de representación parlamentaria, pero no llegó a insistir en la tarea legislativa, en cuyo dominio hubiera aprovechado los organismos jurídicos para respaldar el modelo de sociedad y de vida pública que tenía en proyecto.