Democratización en Oriente Medioel caso de Egipto, actores y dinámicas (2005-2013)

  1. KOSTAMI, KONSTANTINA ANDRONIKI
Dirigida por:
  1. Paloma González del Miño Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 23 de junio de 2017

Tribunal:
  1. Concepción Anguita Olmedo Presidenta
  2. Javier Bernabé Fraguas Secretario
  3. Ana Torres del Cerro Vocal
  4. Miguel Angel Benedicto Solsona Vocal
  5. José Miguel Calvillo Cisneros Vocal
Departamento:
  1. Relaciones Internacionales e Historia Global

Tipo: Tesis

Resumen

El título de la presente investigación es ¿Democratización en Oriente Medio¿ y el subtítulo es ¿El caso de Egipto, actores y dinámicas (2005-2013)¿. En la primera parte de la tesis se considera fundamental analizar tanto los actores y elementos que configuraron al mundo árabe y han impedido una transición democrática en los países arabo-musulmanes como los desafíos de construir sociedades democráticas que compatibilizan con el islam a través de largos procesos de transición. La segunda parte, aborda un caso concreto, el de Egipto. Analizamos por un lado las dinámicas de su sistema semiautoritario que generó desafíos y oportunidades para la democracia, y por el otro lado la transición egipcia. El presente trabajo aborda, en primer lugar, las características de los estados poscoloniales y sus sistemas políticos tanto como los factores internos y externos que han configurado los países árabes y que resultaron en la preservación de la estabilidad política del régimen. Se estudia el surgimiento, evolución y politización del movimiento islamista para entender el estado de relación entre la religión y la política, y la compatibilidad del islam con la democracia. A continuación, se examinan los factores que han provocado el déficit democrático. Después, se determinan los efectos de las políticas de promoción democrática de actores externos. Se estudia también el proceso gradual de construcción de un sistema semiautoritario, usando el ejemplo de un país como Egipto y explicando las tácticas implementadas por el régimen para lograrlo. Por último, se identifican las causas de los levantamientos árabes y precisamente de la rebelión egipcia para determinar posibles cambios en la sociedad y en la estructura del sistema político hacia la democratización. La inclusión de todos los grupos sociales en el proceso de transición es imprescindible. El verdadero cambio político siempre se enfrenta a la resistencia de las poderosas fuerzas sociales y políticas que se beneficiaron del orden anterior. En el caso de Egipto, el movimiento social generado no tenía un liderazgo organizacional único que expresara su voluntad, que hablaba en su nombre. Tal como están las cosas, la revolución egipcia sólo ha sido un éxito parcial. En una transición hay que empezar por: garantizar la independencia de las instituciones, medios libres y un proceso electoral plenamente democrático. Institucionalización y participación deben coexistir. Debido a que los partidos islamistas tienden a adaptarse al entorno político en el que operan, los regímenes deben permitir oportunidades para su participación continua en la política formal en lugar de forzarlos a la clandestinidad o a una resistencia violenta. El gran error de la Hermandad Musulmana siempre ha sido su esfuerzo para permanecer entre los actores principales en la política de Egipto, a cualquier costo. Lo que los EE.UU. y la UE pueden ofrecer a los países árabes es un proceso serio para promover una reforma política que ofrezca un acuerdo sobre los principios, las leyes internacionales y convenciones que todas las partes se comprometan a respetar. Si los actores internacionales no están dispuestos a aceptar las implicaciones y promover la democracia de la misma manera que promueven el resto de sus intereses, deberían al menos respetar el principio de la nointervención. Existe la necesidad en el mundo árabe de autenticar nociones, estructuras y procedimientos liberales y democráticos. Las razones subyacentes de la revuelta no han desaparecido. En muchos sentidos, las condiciones actuales son aún más explosivas que en 2011. Los regímenes autoritarios están cada vez más a la defensiva y el modelo de la república hereditaria ya no es una norma de sucesión automática. La sociedad civil se está liberando de su miedo a la protesta.