El marco víctima y la mediación técnica periodística

Resumen

La presente investigación se ocupa del sentido que se atribuye a los efectos de la violencia, en tanto que parte principal de sus condiciones de (im)posibilidad, preguntándose a qué se llama víctima y cómo se articula esta categoría, en auge durante las últimas décadas (Wiewiorka, 2005, 2006). Con este objetivo, se propone el concepto de marco-víctima -basado en el término ¿marco¿ de G. Bateson (1972) y E. Goffman (1974)- para señalar el anclaje cronotópico de la violencia. Es decir, su dependencia de un espacio-tiempo-significado y de un ojo que la cifra (actancia investigadora incluida), que hace que lo que (no) es considerado como violencia y/o como víctima (de un tipo en concreto) varíe según partamos de unas coordenadas o de otras. Para tal análisis, este estudio se centra en el aporte que hacen al marco-víctima los medios de comunicación, tomando de B. Latour el concepto de ¿mediación técnica¿ (1998a, 1998b, 1999a, 1999b, 2005). El cual me ha permitido ver cómo los distintos agentes (humanos y no-humanos) que componen esa mediación técnica periodística contribuyen con su (no) hacer a la puesta en circulación -y, por lo tanto, a la re-producción- del marco-víctima. El núcleo es un análisis múltiple e intensivo de noticias (ABC y El País) publicadas entre 1980-2010, sobre casos mortales de los siguientes tipos de víctimas: a) de la banda terrorista ETA, b) resultantes del intento de entrar a España en pateras, c) de accidentes de tráfico, y d) de la violencia de género. Para poder estudiar las diferenciaciones que introduce la mediación técnica periodística en el marco-víctima, se han analizado comparativamente las diferencias que establecen cada una de las dos cabeceras entre los distintos tipos de víctimas. Desde un enfoque en términos de espacialidad (marco) y sentido (semiótico-material), y a través de una metodología mixta, nutrida por la semiótica, la Actor Network Theory (ANT) y el Análisis Crítico del Discurso (ACD). Atendiendo fundamentalmente a la distribución y caracterización de la actancia-agencia, así como a la disposición y valoración de las noticias. Dada la necesidad de reunir al menos parte de los límites de este tipo de estudio, esta tesis bebe, también, de entrevistas a periodistas y del análisis de las respuestas de otras actancias ante esos mismos tipos de víctimas. Para lo cual enfoca a una cierta (in)sensibilidad socio-institucional, mediante el estudio de la producción diferencial de cifras (oficiales) de víctimas mortales y de algunos de los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). A nivel de resultados y conclusiones esta tesis los ofrece de distinta índole: 1) acerca del marco-víctima y de cómo significamos los efectos de la violencia; 2) sobre la mediación técnica periodística; y 3) de tipo teórico-metodológico. En cuanto a la primera clase, destaca que ambas marcas periodísticas coinciden en traducir de manera muy distinta cada uno de los tipos de víctimas. Mostrando, entre otros aspectos, cómo la actancia periodística suele identificar como violencia allí donde (le) es más fácilmente atribuible un cierto carácter político y una cierta intencionalidad. Respecto al segundo grupo de resultados, encontramos que el hacer periodístico no se guía por la cantidad de muertes que un fenómeno suscita, sino que, en términos generales, la relación parece más bien la contraria. Una falta de concordancia que evidencia cómo los límites de la mediación técnica periodística tienen que ver con su anclaje espacio-temporal, así como con sus (des)articulaciones con otras actancias -por ejemplo, la socio-institucional estudiada-. En tercer y último lugar, el innovador modo de hacer teórico-metodológico de esta tesis es otro de sus principales resultados. Gracias al cual fue posible señalar la estrecha relación entre el aporte que hace mediación técnica periodística al marco-víctima, y cómo esta actancia (se) narra y organiza, con cómo deviene lugar donde poder ser.