Calidad del empleo y la vivienda de los emigrantes mexicanos retornados de Estados Unidos en 1997 y 2010

  1. MARTIN URRIZA, CARLOS
Dirigida por:
  1. Luis Javier Garrido Medina Director
  2. Emilio Albi Ibáñez Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 11 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. Aurelia Valiño Castro Presidenta
  2. Jorge Onrubia Fernández Secretario
  3. Carmen González Enríquez Vocal
  4. Miguel Ángel Malo Ocaña Vocal
  5. Luis Ayala Cañón Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El retorno de emigrantes mexicanos de Estados Unidos de América ha sido poco investigado por la literatura científica, que, en este tema se ha centrado en su selección, por el interés que tiene para la política migratoria estadounidense. El enfoque de este trabajo se sitúa, en cambio, del lado mexicano, y trata un tema aún menos investigado dentro de la migración temporal: el impacto de la experiencia migratoria sobre la situación económica en la que se encuentran los emigrantes una vez regresan a su país de origen. Dicho impacto se estudia en la calidad de su empleo y vivienda. El impacto de la emigración se investiga en dos momentos, 1997 y 2010, para contrastar, suficientemente, los resultados. A tal fin, se emplean dos bases de datos: la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), en su levantamiento de 1997, y el Censo de Población y Vivienda de México de 2010, ambos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. La elección de fuentes estadísticas mexicanas, frente a las estadounidenses, es más idónea, pues las últimas tienen dificultades para captar el retorno de indocumentados, y no detectan el de hogares al completo. El período de análisis elegido es, asimismo, relevante, pues la migración de retorno -que venía recortándose desde los atentados del 11 de septiembre de 2001- aumenta como resultado de la crisis de 2008, y su composición tiene ahora una mayor proporción emigrantes asentados en EUA, que potencialmente han podido acumular más capital humano a lo largo de su estancia. El simple análisis descriptivo de las bases de datos muestra que la proporción de empleo y vivienda de calidad son menores entre los emigrantes retornados, en comparación con el resto de la población. El contraste multivariante se lleva a cabo a través de dos modelos probabilísticos Logit. El primero estima la influencia de haber emigrado a EUA sobre la probabilidad de tener un empleo de calidad, controlando por las variables relevantes; el empleo es de calidad si da derecho a prestaciones sanitarias. El modelo confirma lo anunciado por la estadística descriptiva: los retornados tienen una probabilidad de ocupar un empleo de calidad inferior a la de los no migrantes. Por tanto, emigrar no mejora el acceso al empleo de calidad. El segundo modelo estima la influencia de haber emigrado a EUA sobre la probabilidad de tener una vivienda de calidad, controlando, asimismo, por las variables relevantes; la vivienda es de calidad si cumple simultáneamente con un conjunto de características (los suelos no son de tierra, hay excusado de uso particular, tiene luz eléctrica, etc.); en este caso, el resultado contradice lo adelantado por la estadística descriptiva: emigrar sí posibilita vivir en una vivienda de calidad. Estos resultados sugieren la hipótesis -apoyada, desde otras perspectivas, por otros trabajos- de que la migración temporal de mexicanos no está, fundamentalmente, motivada por la adquisición de capital humano que rentabilizan a su vuelta a México, sino, más bien, por la obtención de recursos financieros que invierten a su regreso, prioritariamente, en adquirir o mejorar la vivienda. Algunas líneas de investigación se derivan de estos resultados. Por un lado, se podría contrastar si el motivo por el que no se rentabiliza el capital humano, se debe a que se retorna a comunidades de origen, donde hay pocas oportunidades de encontrar un empleo de calidad. Por otro lado, cualquier política pública destinada a mejorar las viviendas podría ayudar al desarrollo empresarial del país, en tanto que ahora los recursos ahorrados gracias a la emigración ya no tendrían que destinarse a mejorar la vivienda, y se podrían emplear en emprender nuevas explotaciones o negocios. Por último, se propone mejorar las encuestas empleadas, preguntando por la máxima titulación académica obtenida, y no sólo por el último grado aprobado, lo que impide conocer si se ha obtenido el título en los niveles educativos superiores.