Yermola relación entre la naturaleza y vida en los trascendentalistas norteamericanos del siglo XIX

Résumé

El tema principal de la disertación es la Naturaleza. En especial el papel que juega en el Trascendentalismo de Nueva Inglaterra, el primer movimiento filosófico de la joven República americana. Las ciudades comerciales del siglo XIX fueron la fuente de inspiración para estos nuevos pensadores al igual que el ambiente natural sin precedente del Nuevo Mundo. Su filosofía refleja el espíritu de la nueva nación: de auto-suficiencia, independencia de pensamiento, claridad de propósito y una conciencia de la importancia de la naturaleza en la vida individual y colectiva de los americanos. Ellos presagian movimientos ambientalistas y de conservación que, en la medida que se van aumentando la población y tecnologías, se vuelven cada vez más importantes para la calidad de nuestra vida colectiva. Además, las tendencias cambiantes de la educación americana de la época ejemplifican el apoderamiento del individuo, en la medida en que realizaban la transición de colegios coloniales a universidades independientes por derecho propio. Los académicos ¿educados¿ los conformaban aquellos que valoraban al hombre independiente (self-made man) que viajaba por el mundo como un medio alternativo de acumular conocimiento. Estos dos acercamientos a la educación, dentro y fuera del aula, tienen su influencia sobre el romanticismo ilustrado de Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreau. Un breve repaso de los textos filosóficos que se leían en esa época ayuda a trazar las influencias que guiaron el desarrollo de sus principios primarios. El resumen incluye fuentes clave de la antigüedad, tanto del Oriente como del mundo Occidental, desde el desafío del Romanticismo a los principios básicos de la Ilustración que llevaron tanto a la Revolución Científica como la Industrial. Se presta especial atención al pensamiento teosófico de los pensadores reformistas protestantes en la América colonial. El objetivo es vincular la euforia religiosa por la naturaleza del siglo XVIII con el romanticismo de Emerson del siglo XIX. Los orígenes del movimiento trascendentalista se exploran tanto a través de los textos de Emerson, como de los de Thoreau, para entender qué es exactamente lo que querían decir en términos de la relación del ser humano y su medioambiente orgánico. También hay un deseo de demostrar que Thoreau se fue a vivir al yermo para poner en práctica los principios trascendentalistas de Emerson. En última instancia, la eco-ética de los trascendentalistas y su validación de la naturaleza orgánica como parte fundamental del bienestar del ser humano, se utilizan para realizar un cuestionamiento filosófico más profundo en cuanto a la dirección que deberíamos tomar ahora, en la medida que nuestros patrones de asentamiento diezman nuestra biodiversidad planetaria. Se presenta un enfoque heideggeriano a la ecosofía en combinación con la horizontalidad de las teorías de Gilles Deleuze y Félix Guattari. Estas últimas se utilizan para demostrar, mediante una muestra aleatoria de trabajo creativo, cómo artistas, arquitectos paisajistas, científicos y otros, obligan al ciudadano medio a reflexionar sobre su relación con la naturaleza.