Incidencia de eventos cardiovasculares en pacientes diagnósticados de síndrome de apnea del sueño. Factores de riesgo e impacto del tratamiento
- OJEDA CASTILLEJO, ELENA
- José Luis Álvarez Sala Walther Director
- Pilar de Lucas Ramos Directora
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 09 de diciembre de 2015
- José María Ladero Quesada Presidente
- Julio Ancochea Bermúdez Secretario/a
- José Miguel Rodríguez González-Moro Vocal
- José Luis Izquierdo Alonso Vocal
- Esteban Pérez Rodríguez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El SAHS es una patología cada vez más frecuente en la población general. En España se estima una prevalencia en torno al 20%. Su principal factor de riesgo es la obesidad, cuya prevalencia va en aumento. A su vez, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España. Así pues, la unión del SAHS y enfermedades cardiovasculares supone un aumento del consumo de recursos sanitarios. Se sabe que el tratamiento con CPAP en estos pacientes es muy eficaz y reduce el número de complicaciones cardiovasculares del SAHS. Se trata de un estudio de cohortes retrospectivo con un período de seguimiento de 5 años. Hemos estudiado un total de 778 pacientes recogidos de forma consecutiva a lo largo del año 2008, remitidos a la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño del Hospital General Universitario Gregorio Marañón con sospecha de Síndrome de Apnea del Sueño. En todos los casos se realizó una poligrafía o polisomnografía. Posteriormente se realizó un seguimiento a los 5 años, reevaluando su situación clínica, tratamiento y comorbilidades cardiovasculares. Se completó el seguimiento en 2013 a 755 pacientes, con una pérdida de un 3% del total incluido. En un 78% de pacientes se estableció el diagnóstico de SAHS y de ellos, 345 fueron considerados subsidiarios de iniciar tratamiento con CPAP. Encontramos diferencias significativas en saturación de oxígeno (menor en pacientes SAHS), sexo (predominio de hombres), y en el IAH, CT90, Epworth e IMC, presencia de dislipemia y tratamiento con IECAS y estatinas, todos mayores en pacientes con SAHS. Comparando pacientes con y sin cardiopatía isquémica sólo encontramos un aumento de riesgo independiente para la edad, HTA, DM y DL. La prevalencia de HTA, DM y CI era mayor en los que tenían indicación de tratamiento con CPAP. Encontramos una diferencia significativa consumo previo de fármacos protectores, siendo mayor en pacientes con cardiopatía isquémica previa. En un análisis de supervivencia no encontramos diferencias significativas entre pacientes con y sin SAHS, ni en la comparación entre pacientes con y sin tratamiento con CPAP. Al término del seguimiento se diagnosticaron un 2.4% de pacientes con nuevos eventos de cardiopatía isquémica, y estos pacientes eran mayores y tenían una mayor prevalencia inicial de HTA, diabetes y cardiopatía isquémica y recibían más tratamiento con todos los fármacos analizados. Únicamente encontramos como factores de riesgo independiente para nuevos eventos isquémicos la edad, y la toma previa de betabloqueantes y antagonistas del calcio. La presencia de SAHS y el tratamiento con CPAP no constituían factores de riesgo ni de protección. CONCLUSIONES: Los pacientes con síndrome de apnea del sueño presentan una elevada prevalencia de factores de riesgo cardiovascular, enfermedad cerebrovascular y cardiopatía isquémica, y la incidencia de ésta es significativamente mayor en los pacientes con SAHS grave. Además presentan un consumo elevado de fármacos de la esfera cardiovascular, mayor en SAHS grave. No hemos encontrado mayor incidencia de eventos isquémicos a lo largo de su evolución en pacientes con SAHS ni una mayor mortalidad de ninguna causa, incluyendo aquellos que abandonan el tratamiento. Aunque la edad, la presencia de HTA, diabetes y dislipemia y el diagnóstico previo de cardiopatía isquémica eran mayores en los pacientes que presentaban nuevos eventos a lo largo de la evolución, solo el primer factor mostró ser un factor de riesgo independiente. El tratamiento previo con betabloqueantes, estatinas o IECAs no se asoció a una disminución del riesgo de presentar nuevos eventos isquémicos. Por el contrario, los pacientes que recibían beta-bloqueante y calcioantagonistas mostraron un mayor riesgo.