El niño adoptado internacionalmenteaspectos epidemiológicos, enfermedades relacionadas y evolución clínica
- SOTO SANCHEZ, BEATRIZ
- María José Mellado Peña Doktorvater/Doktormutter
- J. T. Ramos Amador Co-Doktorvater
Universität der Verteidigung: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 03 von Februar von 2016
- Jesús Ruiz Contreras Präsident
- María Luisa Navarro Gómez Sekretärin
- Victoria Fumadó Vocal
- Marta Díaz Menéndez Vocal
- María José Cilleruelo Ortega Vocal
Art: Dissertation
Zusammenfassung
La adopción internacional se ha convertido en un fenómeno cada vez más frecuente. Esta población presenta unos requerimientos, estudio y seguimiento especiales, tanto por su procedencia como por su situación en dicho lugar. Hemos realizado un estudio observacional retrospectivo con una población de 1056 niños adoptados internacionalmente, analizando sus características demográficas, y con especial hincapié en las enfermedades infecciosas y desarrollo, tanto a su llegada como durante el seguimiento. Nuestra serie, con una mediana de edad de 2 años a su llegada, y originarios de Etiopía o Asia fundamentalmente, presentaba malnutrición crónica en casi la mitad de ellos, sobre todo procedentes de Europa del Este. La persistencia de malnutrición a los 6-12 meses de su llegada se asoció significativamente a la presencia de ésta inicialmente. Además el retraso ponderoestatural se evidenció en la cuarta parte de los casos, tanto por las tablas internacionales de la OMS como por las nacionales de Carrascosa. El perímetro cefálico, sin embargo, muestra menor proporción de Z scores inferiores a menos 2 según las tablas de la OMS: 8 por ciento. Se detectaron 143 infecciones tuberculosas latentes, 43 durante el seguimiento, siendo más frecuente en mayores de 5 años y procedentes de África y Europa del Este. Más de un tercio de los adoptados tenía al menos un parásito en muestra de heces, el 72,5 por ciento de ellos patógenos, siendo los menores de un año los menos frecuentemente parasitados, y asociándose significativamente a clínica gastrointestinal. El más frecuentemente aislado fue Giardia intestinalis, con asociación significativa a clínica gastrointestinal y edad superior a 12 meses. En el seguimiento se encontraron nuevas parasitosis, y recurrencia de previas. También se diagnosticaron 6 malarias, 7 infecciones crónicas por VHB y excepcionalmente infecciones por VIH, VHC o sífilis. Nuestros resultados son acordes a los de otras series de niños adoptados. Aunque un estudio completo sistemático es obligado en todo niño adoptado internacionalmente, a la vista de nuestros resultados creemos de gran utilidad un protocolo dirigido, enfatizando que algunas zonas de procedencia o la edad deben hacernos insistir en un seguimiento, bien por su mayor frecuencia de retraso o malnutrición, como en los niños de Europa del Este, o mayor prevalencia de infecciones, como en niños africanos. Por su complejidad y patologías asociadas el estudio continuado y multidisciplinar es fundamental para la óptima recuperación e integración del niño adoptado internacionalmente.