Interculturalidad en salud y desigualdadel caso de las entidades de médicos tradicionales en la comarca de Ngäbe Buglé

  1. Subinas Garralda, Juan
Dirigida por:
  1. Eduardo Crespo Suárez Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 17 de febrero de 2017

Tribunal:
  1. Concepción Fernández Villanueva Presidenta
  2. Juan Carlos Revilla Castro Secretario
  3. José Enrique Ema López Vocal
  4. Montserrat Pulido Fuentes Vocal
  5. Anastasio Ovejero Bernal Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Panamá es un país orientado al comercio internacional, la logística, la construcción y los servicios de intermediación financiera. Pero el Itsmo, a su vez, es el único país en Latinoamérica que ha adoptado el modelo de las comarcas indígenas como medio de reconocimiento institucional de los derechos culturales y políticos de los pueblos originarios. Pero las comarcas indígenas como modelo social cuentan con un destacado pasivo, el desproporcionado grado de marginalidad y pobreza, con indicadores sociales similares a Haití o a países del África Subsahariana por lo que podemos hablar de un modelo social dualizado. Las comarcas demandan unos mínimos niveles de equidad política y económica, y también demandan el reconocimiento de su diversidad, como claves para su desarrollo. A nivel salud el caso de la Comarca Ngäbe Buglé es crítico. El sistema formal de salud no es capaz de atender a una parte de la población comarcal, por los insuficientes recursos e infraestructuras, por lo que los moradores de la Comarca Ngäbe Buglé en muchas ocasiones utilizan la medicina tradicional como única alternativa a la medicina científica. El reconocimiento de la medicina tradicional se ha entendido como el camino más rápido a resolver las deficiencias del sistema formal de salud, pero este reconocimiento formal no dispone de recursos, por lo que podemos entenderlo como un ¿reconocimiento sin redistribución¿. La medicina tradicional comprende una serie de prácticas médicas que han tenido su origen en los espacios geográficos y sociales ancestrales de los pueblos indígenas, y que surgieron antes de la llegada de los europeos a América. Este tipo de prácticas se han modificado en el tiempo, incorporando elementos conceptuales, médicos y terapéuticos de las diferentes sociedades. Las comunidades indígenas disponen de activos como los saberes y las formas de conocimiento tradicional, en la caso de la salud ngäbe, la medicina tradicional constituye un recurso curativo muy generalizado en la Comarca y es reconocida como un sistema médico oficial por el ministerio de salud panameño. Pero estos activos no se suelen considerar en las mediciones de las condiciones de vida en las comarcas indígenas que solo reflejan las privaciones y los pasivos lo que incide en la imagen de los indígenas como, exclusivamente, sujetos de necesidad, como una `cultura del déficit¿. Es importante poner en valor los aportes de las sociedades indígenas como forma de reconocimiento. En el caso de la Comarca Ngäbe Buglé es destacado el caso de los médicos tradicionales y sus entidades (Asastran e Ichi Druribo). Estas entidades son actores emergentes que buscan legitimar las formas tradicionales de curación en un proyecto de interculturalidad en salud que entiende y reconoce ¿el pluralismo médico¿ como práctica que integra la biomedicina y la medicina tradicional, frente al ministerio de salud y los sectores más tradicionalistas de la sociedad ngäbe que culturalizan las prácticas tradicionales, esencializándolas. Pero la interculturalidad como mezcla de culturas es algo inherente a toda la sociedad, entonces, interculturalidad en salud ¿para qué? En el caso panameño, algunos entienden que la interculturalidad debe privilegiar la preservación de las culturas antiguas, debe concebirse desde una perspectiva estática, como el mantenimiento de una reliquia, resguardando la medicina tradicional en la medida de lo posible. Otras perspectivas consideran la interculturalidad como una oportunidad para integrar la cultura & quot;inferiorizada & quot; para aprovechar al máximo su potencial, como forma de mejorar las condiciones de vida de los residentes en territorios indígenas y reconocer su idiosincrasia y su cultura tradicional.