El toreo caballeresco en la época de Felipe IVtécnicas y significado socio-cultural

  1. CAMPOS CAÑIZARES, JOSE
Dirigida por:
  1. Antonio García-Baquero González Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 05 de abril de 2006

Tribunal:
  1. Fernando Bouza Presidente
  2. Carmen Sanz Ayán Secretaria
  3. Carlos Martínez Shaw Vocal
  4. León Carlos Alvarez Santaló Vocal
  5. Pedro Romero de Solís Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 131109 DIALNET

Resumen

Durante el reinado de Felipe IV los nobles que salína a torear a caballo en los festejos de la corte llegaron a desarrollar, con esmero, en su práctica, aquellos apartados técnicos que la misma nobleza desde la tratadística taurina elaborada par el perfeccionamiento de la suerte del rejón, en tiempos que esta actividad alcanzó notable popularidad. Desde dichos textos normativos del toreo ecuestre se atiende, por un lado, al contexto social y cultural en el que se producía el acontecimiento festivo dentro del ámbito cortesano, además de plantearse, principalmente, una amplia gama de resoluciones técnicas que solventaran los problemas a los que se enfrentaban los rejoneadores que se ejercitaban en la tarea taurina, ante un público al que se le transmitía, por medio de dicho evento, un mensaje de exaltación de los valores de la monarquía y de la aristocracia que, con esa perspectiva, eran los elementos sociales que sustentaban del espectáculo. El análisis en profundidad de los tratados taurinos de este periodo (dieciséis textos en 45 años) nos permite reconstruir la realidad de la práctica taurina a la que se enfrentaban los caballeros que idearon soluciones para la suertes que se mantenía vigentes en el toreo a caballo a mediados del siglo XVII, el almacenamiento y los socorros con la espada y para aquella que alcanzo el éxito y el favor del público en esos años, la suerte del rejón que, realizada en la monta a la jineta, se convirtió en un espectáculo de masas. Por otra parte, también, nos permite abordar aquellos aspectos que desde la cultura nobiliaria se aposentaron en la actividad taurina al dotarla de unos valores de clase que los toreadores manifestaban en el coso y que como referente educativo los espectadores recibían.